Los festejos se extendieron desde el 13 de junio, día de San Antonio de Padua, hasta el 20, Día de la Bandera.
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Los festejos se extendieron desde el 13 de junio, día de San Antonio de Padua, hasta el 20, Día de la Bandera.
Tartagal era en 1853 una vasta extensión de tierra cubierta por una planta llamada “tártago”, de ahí su nombre.
Hace medio siglo, Tartagal celebró su “Primera semana”. Surgió por iniciativa del intendente Aníbal Nazar y contó con el apoyo de instituciones, empresarios, comerciante y vecinos de la ciudad.
Se extendió desde el 13 de junio, día de San Antonio de Padua, hasta el 20, Día de la Bandera. “Para Tartagal, -dijo el intendente-, será una semana tradicional, que tendrá relevancia excepcional. Es el punto de partida de importantes acontecimientos cívicos, culturales, sociales y deportivos, que se cumplirán todos los años. Servirá para mostrar el adelanto alcanzado en sólo 37 años de vida”.
Una crónica decía: “El progreso de Tartagal, podría demostrarse con sólo recordar el origen de su nombre y remontarse a sus antecedentes históricos. Tartagal era por 1853 -cuando fue citado por primera en forma oficial- una vasta y solitaria extensión de tierra cubierta casi en su totalidad, por una planta herbácea llamada “tártago” (Euphorbia lathyris), de ahí su nombre. Por determinación del gobierno de Bolivia -que por entonces tenía jurisdicción en la zona-
cedió “ en merced a su servidor”, el comandante Camilo Moreno, la Finca Tartagal, hoy, una de las más prósperas ciudades de la provincia de Salta”.
Los festejos
La “Primera semana” de Tartagal dejó muchos recuerdos. Por ejemplo, el 14 de junio, un día muy frío, se inauguró en la esquina de Alberdi y Gobernador Cornejo, un monolito para recordar a generaciones venideras, la realización del evento. Los residentes tucumanos descubrieron en la calle Alberdi, una placa en homenaje a su comprovinciano y gran jurisconsulto. Uno de los impulsores de la iniciativa fue el maestro don Héctor Hugo Heredia. Esa noche, la Municipalidad inauguró la ampliación de esa avenida.
Una de las manifestaciones culturales más elogiadas fue la presentación del Coro de Vespucio en el Cine Gemes. “Fue de un gusto exquisito que tuvo la virtud de hacer vivir en esta ciudad, momentos de refinado placer”, escribió el corresponsal de El Tribuno. Otra, fue la muestra escultórica del plástico Oscar Pedro Costas.
El 15 de junio fue un día especial. Se recordó por primera vez al Dr. Alberto Carlos Packham. En reconocimiento a su labor científica y humanitaria, se descubrió una placa y a una calle de la ciudad se le impuso su nombre. A la ceremonia, asistió su esposa doña Marta A. de Packam, que llegó expresamente de Buenos Aires.
Otro hecho destacado, fue el traslado de la Cruz Mayor que estaba en la sede comunal. Ese día fue depositada en el Centro Misionero San Francisco. Según los historiadores, esa Cruz se encontraba en el edificio municipal desde el día de la creación de Tartagal.
Por la noche, la velada artística tuvo gran realce con la presentación literario-musical de los alumnos del Colegio San Francisco.
Homenaje a Gemes
El 17 de junio, aniversario de la muerte del General Martín Miguel de Gemes, Tartagal vivió una típica jornada nativa. Hubo presentación y concurso de conjuntos folclóricos, comida regional en Villa General Gemes, guardia de honor a cargo de los gauchos de la zona y alocuciones patrióticas. Por la tarde, hubo vuelos de bautismo en máquinas de los aeroclubes de Salta, Tucumán, Jujuy y Orán. Finalmente la jornada concluyó con la presentación del Coro Polifónico Santa Cecilia de Jujuy, en el Cine Gemes.
El 18 de junio, el Aero Club Tartagal tiró la casa por la ventana: bautizó su flamante Cessna 150; bendijo el nuevo hangar, y en homenaje a don Francisco Milanesi, descubrió una placa e impuso su nombre al aeródromo local.
Aborígenes y baile
El 19 de junio, las escuelas aborígenes de Yacuy, Tuyunti y Caraparí, visitaron la ciudad. Por la noche, gran baile social en el Círculo Argentino con la actuación del maestro Ricardo Koske y su cantor Alfredo Ramimo.
El último día, el 20 de junio, hubo salva de bombas, misa de campaña en la plaza San Martín y luego, la clásica jura a la Bandera a cargo de los saldados del Regimiento 28.
En el tradicional desfile, la nota destacada estuvo a cargo del personal de YPF que por primera vez desfiló con algunas de las grandes máquinas que la empresa tenía en los yacimientos del norte.
Después del mediodía se hizo una carrera de ida y vuelta a Vespucio con automóviles modelos 1924 y 1925. Por la tarde, las alumnas del Colegio Santa Catalina de Bologna presentaron una velada artística y a la noche, retreta de la Banda de Música del Regimiento 28, en la plaza San Martín.
De esta forma, la “Primera semana de Tartagal” concluyó con un éxito resonante. La celebración se repitió durante algunos años hasta que un intendente resolvió no hacerla más. Entonces, la gran movida cultural de la “Semana”, desapareció para siempre. Sólo quedaron los recuerdos y la transmisión oral de lo que fueron aquellos festejos.
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