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Lucila Frend fue absuelta por falta de pruebas

Martes, 12 de julio de 2011 20:47

El Tribunal Oral en lo Criminal 2 de San Isidro absolvió ayer a Lucila Frend del asesinato de su amiga Solange Grabenheimer, cometido en 2007 en el PH en el que ambas convivían en la localidad bonaerense de Florida.

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El Tribunal Oral en lo Criminal 2 de San Isidro absolvió ayer a Lucila Frend del asesinato de su amiga Solange Grabenheimer, cometido en 2007 en el PH en el que ambas convivían en la localidad bonaerense de Florida.

En fallo unánime, los jueces Luis Oscar Zapata, Lino Mirabelli y Hernán San Martín declararon inocente a Frend, no por el beneficio de la duda sino por falta de pruebas, y criticaron la investigación del fiscal Alejandro Guevara. La gran concurrencia de prensa, familiares y amigos, tanto de la víctima como de la imputada, obligó a que se suspendiera por unas horas el juicio por el asesinato de María Marta García Belsunce.

Vestida con un jean azul, una remera blanca, un suéter verde y un pañuelo azul anudado al cuello, Lucila ingresó rodeada por sus abogados: los hermanos Sergio y Francisco Pizarro Posse, y Francisco García Santillán. Del otro lado, esperaban sentados el fiscal Guevara, los padres de la víctima, Patricia Lamblot y Roberto Grabenheimer, y su abogado, Roberto Damboriana, quienes en sus respectivos alegatos habían pedido la pena de prisión perpetua al considerar a Frend autora de un homicidio calificado por alevosía y ensañamiento. Con solo 17 minutos de demora de la hora pautada, el secretario dio lectura sólo a la parte resolutiva del veredicto y cuando pronunció la palabra “absolutorio”, los familiares de Frend profirieron fuertes aclamaciones. Aferrada de la mano de García Santillán, Lucila lloró de felicidad.

Los Grabenheimer también estallaron en llanto, pero de dolor.

El fallo ocasionó algunos incidentes en la sala de audiencias, donde familiares de la víctima y de la imputada cruzaron insultos.

“­Luli siempre fue inocente!”, gritó Silvia Prilia, la abuela de Lucila, parada en una silla, mientras que desde otro sector de la sala Mariana Kohan, una de las primas de la víctima, respondía: “­Por qué no te callás!”, y mirando a Lucila le gritaba a voz en cuello, como poseída: “­Toda la vida vas a ser una asesina, hija de p...!”.

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