Los acontecimientos en Libia se precipitan, y la comunidad internacional aguarda el desenlace después de seis meses de revuelta popular para derrocar al líder libio Muamar Gadafi y una creciente presión internacional para que abandonara el poder. El avance rebelde sobre la capital y el cerco al dictador, de las últimas horas, llevó al Gobierno británico a vaticinar que el “fin de Gadafi está cerca”.
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Los acontecimientos en Libia se precipitan, y la comunidad internacional aguarda el desenlace después de seis meses de revuelta popular para derrocar al líder libio Muamar Gadafi y una creciente presión internacional para que abandonara el poder. El avance rebelde sobre la capital y el cerco al dictador, de las últimas horas, llevó al Gobierno británico a vaticinar que el “fin de Gadafi está cerca”.
En un comunicado de Downing Street, un portavoz del primer ministro británico, David Cameron, señaló que Gadafi “ha cometido delitos terribles contra la población de Libia y debe irse”.
A lo largo de la jornada, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, instó al líder libio, Muamar Gadafi, a renunciar “sin más tardar a lo que le queda de poder” para evitar a la población “nuevos sufrimientos inútiles”.
En un comunicado difundido por la presidencia francesa, Sarkozy le solicita que ordene un “alto el fuego de manera inmediata a las fuerzas que todavía le son leales”, que entreguen las armas, regresen a sus casernas y se pongan a disposición de “las autoridades libias legítimas”.
En la misma línea, la canciller alemana Angela Merkel llamó al dirigente libio a dejar el poder “lo antes posible” para evitar más derramamiento de sangre. También la Liga Arabe pidió al régimen de Gadafi que entregué el poder a la población, y reclamó el cese de los enfrentamientos. Barack Obama, que está de vacaciones, recibió informaciones sobre la situación en Libia.