El 82% móvil para los jubilados es, por el momento, un fuerte anhelo o una expresión de deseo, un reclamo permanente de los sectores de jubilados y distintos sindicatos o gremios que pugnan por lograr este objetivo.
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El 82% móvil para los jubilados es, por el momento, un fuerte anhelo o una expresión de deseo, un reclamo permanente de los sectores de jubilados y distintos sindicatos o gremios que pugnan por lograr este objetivo.
Si analizamos brevemente la historia previsional de nuestro país y la de otros países del mundo podremos hacer un análisis más profundo y encontrar una respuesta precisa a este sueño, cada vez más lejano, de los trabajadores argentinos.
Desde 1968 con la creación de la Ley 18.037 (régimen jubilatorio de los empleados en relación de dependencia) y la Ley 18038 (régimen de los trabajadores autónomos) se contemplaba el pago de entre el 70 y el 82% del promedio de los sueldos de los últimos cinco años o del promedio de las rentas de autónomos de todas las categorías aportadas. Si el trabajador se excedía en cinco años de la edad jubilatoria recién podía llegar al porcentaje del 82%, caso contrario se jubilaba con el 70%. Con el correr de los años algunos sectores comenzaron a luchar para llegar al 82% móvil del cargo en el que se jubilaron y, de esa manera, lograron este objetivo primero los docentes, luego los jueces, los diplomáticos, los legisladores, los empleados de la administración pública nacional etc. generando así un sistema desigual, ya que solo los gremios fuertes o con influencias en el poder lo conseguían. Al ser un sistema de reparto, los aportes y contribuciones ingresaban a una sola caja y de allí se repartían en forma desigual, siendo los más perjudicados del sistema los trabajadores autónomos y los trabajadores en relación de dependencia que no tenían un régimen especial.
Además a esta situación le debemos sumar la utilización de los fondos del sistema para otros fines, maniobra que no es exclusiva de este gobierno. Dentro del sistema nacional coexistían las cajas de jubilaciones provinciales para los empleados públicos de las provincias que de una manera más igualitaria daban a todos el 82% del promedio de los últimos años del cargo que tenía el empleado, pero luego también empezaron a incorporar sistemas de privilegio para determinados funcionarios.