Una marcha de silencio bajo el lema “no a la impunidad” se realizará mañana, a partir de las 21, por las calles de Tartagal, para exigir justicia por el crimen del docente universitario Diego Esper, oriundo de la localidad y brutalmente asesinado de un mazazo en la cabeza en septiembre del año pasado, en su departamento de Salta, situado en pleno microcentro de la capital provincial.
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Una marcha de silencio bajo el lema “no a la impunidad” se realizará mañana, a partir de las 21, por las calles de Tartagal, para exigir justicia por el crimen del docente universitario Diego Esper, oriundo de la localidad y brutalmente asesinado de un mazazo en la cabeza en septiembre del año pasado, en su departamento de Salta, situado en pleno microcentro de la capital provincial.
Previo al recorrido peatonal, se realizará, a las 20, una misa en recordación del joven (tenía 34 años cuando lo asesinaron), en la iglesia Purísima.
La manifestación fue organizada por los padres del catedrático de la Universidad Nacional de Salta (UNSa), el empresario Miguel Francisco y la docente de artes plásticas María del Socorro Sánchez, ambos integrantes de familias tartagalenses pioneras; pero se han sumado a la convocatoria cientos de amigos del occiso, a través de las redes sociales Tweeter y Facebook, quienes los acompañan en el reclamo: “No a la impunidad”.
El cadáver de Diego fue hallado por su padre y su hermana, María Jesús, el 16 de septiembre de 2010. Ellos habían viajado a la capital provincial alarmados por el sorpresivo silencio de su familiar, que no llamaba ni contestaba sus teléfonos. Los informes forenses estiman que el deceso de Esper ocurrió al menos cuatro días antes de que lo encontraran.
Por el caso, hay dos imputados por el juez de Instrucción Formal 3, Pablo Farah: el camionero catamarqueño Rodolfo Benjamín Suárez (33) y el stripper tartagalense Cristian Morcillo Castillo (26), acusados de ser el autor material y encubridor del crimen, respectivamente.
Sobre el primero abundan pruebas de haber sido la última persona en mantener contacto con Esper (llamadas telefónicas y mensajes de texto, contactos vía chat e incluso una filmación que lo ubica frente al edificio donde vivía el profesor). Sin embargo, su abogado, Santiago Pedroza, sostiene su inocencia basándose en la ausencia de un móvil.
En cuanto a Morcillo Castillo, en sus zapatillas se halló material genético de un desconocido, que fue encontrado en la escena del crimen, y se tiene la certeza de que poseía llaves del departamento de la víctima.
El juez Farah dictó el auto de procesamiento en contra de ambos, pero la Cámara de Acusación devolvió el expediente al magistrado, bajo el argumento de ausencia de pruebas suficientes.
María del Socorro Sánchez no tiene dudas de que quien mató a su hijo fue el camionero Suárez y ante la ausencia de móvil que plantea su defensor, entregó a El Tribuno un dato hasta ahora desconocido: “Lo mató para robarle $70.000 que él tenía ahorrados para hacer un viaje a Cuba, que iba a emprender a la semana siguiente de su fallecimiento”.
“No he dejado de pedir justicia por mi hijo y me duele enormemente que al caso no le hayan dado la misma importancia que al del homicidio de las chicas francesas”, señaló con tristeza la mujer.