Si bien el proyecto presentado por la central sindical el año pasado tiene un fin real, tomando en cuenta que las empresas se pueden mantener o crecer gracias al esfuerzo de los trabajadores y no sólo de un empresario, lo cierto es que en este momento hay varios factores en contra: la CGT está muy alejada del poder central, que tiene la sartén por el mango, y además los industriales, como en muchos países, lograron afianzar su “amistad” con el gobierno de turno.
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Si bien el proyecto presentado por la central sindical el año pasado tiene un fin real, tomando en cuenta que las empresas se pueden mantener o crecer gracias al esfuerzo de los trabajadores y no sólo de un empresario, lo cierto es que en este momento hay varios factores en contra: la CGT está muy alejada del poder central, que tiene la sartén por el mango, y además los industriales, como en muchos países, lograron afianzar su “amistad” con el gobierno de turno.
En el país, la administración K podría dar una señal a favor de los trabajadores, “los reales”, teniendo en cuenta las próximas elecciones, pero esa señal parece opacarse cada vez más, sobre todo con la ampliación de los planes sociales que benefician no solo a miles de necesitados sino, además, a miles de individuos a quienes no les importa la dignidad de un empleo.