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Un expolicía, involucrado en una estafa millonaria

Viernes, 30 de septiembre de 2011 23:37

Una denuncia por una estafa equivalente a $6.000.000 fue radicada hace más de tres meses en la comisaría 31 de Rosario de la Frontera por la venta de una flota de vehículos, entre camiones y máquinas agrícolas.
La operación fue realizada en la Ciudad Termal y el acusado y comprador fue identificado como Oscar Tomás Bravo (41), expolicía que revistaba en El Quebrachal, en tanto que el denunciante es Alvaro Chaya (36), oriundo de Concepción, provincia de Tucumán.
Según consta en la denuncia, Bravo solamente pagó dos cuotas por un monto de $200.000, que no llegaron a cubrir ni el 20% del total. Y con el correr de los días hizo desaparecer la mitad de los elementos.
Al pasar el tiempo y al no tener noticias de Bravo, Chaya decidió radicar la denuncia a través de su esposa, Silvina María Solano.
El caso fue girado a las brigadas de Investigaciones de Rosario de la Frontera y de Joaquín V. González. Intervino el Juzgado de Instrucción Formal 1, a cargo de Mario Teseyra. La causa fue caratulada como “supuesta estafa”.
Tras las pesquisas los investigadores establecieron que dichos vehículos se encontraban en un predio ubicado en El Quebrachal, en la avenida San Martín y ruta nacional 16, de propiedad del acusado. Mediante una orden judicial emitida por el magistrado allanaron el lugar.
“Arribamos a la zona indicada el viernes 23 de septiembre por la mañana para realizar el procedimiento. Entrevistamos a Oscar Bravo, quien en principio se mostró tranquilo. Pero al llegar al lugar nos dimos con la sorpresa de que faltaban la mitad de los elementos. Los chasis y acoplados estaban asentados sobre troncos y tachos, ya que les habían sacado las ruedas. La otra mitad había desaparecido”, explicó el oficial Gustavo Orozco, titular de la Brigada de Investigaciones de Rosario de la Frontera.
“Al ser interrogado sobre el faltante, Bravo manifestó que desconocía el hecho. Luego dijo que los había enviado al sur y, posteriormente, cuando el procedimiento seguía avanzando y al ver que se iba a efectuar el secuestro sobre los otros elementos, un poco molesto manifestó que de los rodados no van a encontrar ni las ruedas”, informó Orozco.
Bravo fue inmediatamente detenido. Cuando era conducido por personal policial hacia el móvil estacionado sobre la avenida principal del pueblo, se autolesionó arrojándole cabezazos a la baranda de la camioneta. El acusado quedó internado en el hospital de Joaquín V. González a raíz de una crisis nerviosa por una suba de presión, según el diagnóstico de los médicos.
Luego el sospechoso denunció haber sido víctima de apremios ilegales por parte de la Policía.
 “Eso no es cierto, ya que consta en el acta que no tenía ningún tipo de golpes en el cuerpo, salvo los que se autoinflingió en la cabeza”, sostuvo Orozco, quien añadió que “la actitud de este sujeto tenía un solo objetivo, incriminar a la Brigada de Investigaciones en un abuso de autoridad. Se trata de un hecho mal intencionado de esta persona que miente e involucra al personal policial sin darse cuenta de que nosotros actuamos como auxiliares de la Justicia”.
</SUBTITULO>Policía retirado
Oscar Bravo, oriundo de la localidad anteña de El Quebrachal, es un expolicía que cumplió servicios durante 12 años en la zona de Joaquín V. González, y hace cuatro fue retirado de la fuerza por presentar una incapacidad física de un 53%. Actualmente tiene una empresa de camiones que realiza fletes y otros trabajos rurales.
El expolicía, luego de salir de su internación, el lunes, acordó con el juez de la causa que entregaría los vehículos faltantes, hecho que se consumó ayer. “Según un informe, las unidades están depositadas en un canchón en Joaquín V. González, a disposición del juez de Instrucción Formal 1, Mario Herminio Teseyra”, dijo Orozco.
 

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Una denuncia por una estafa equivalente a $6.000.000 fue radicada hace más de tres meses en la comisaría 31 de Rosario de la Frontera por la venta de una flota de vehículos, entre camiones y máquinas agrícolas.
La operación fue realizada en la Ciudad Termal y el acusado y comprador fue identificado como Oscar Tomás Bravo (41), expolicía que revistaba en El Quebrachal, en tanto que el denunciante es Alvaro Chaya (36), oriundo de Concepción, provincia de Tucumán.
Según consta en la denuncia, Bravo solamente pagó dos cuotas por un monto de $200.000, que no llegaron a cubrir ni el 20% del total. Y con el correr de los días hizo desaparecer la mitad de los elementos.
Al pasar el tiempo y al no tener noticias de Bravo, Chaya decidió radicar la denuncia a través de su esposa, Silvina María Solano.
El caso fue girado a las brigadas de Investigaciones de Rosario de la Frontera y de Joaquín V. González. Intervino el Juzgado de Instrucción Formal 1, a cargo de Mario Teseyra. La causa fue caratulada como “supuesta estafa”.
Tras las pesquisas los investigadores establecieron que dichos vehículos se encontraban en un predio ubicado en El Quebrachal, en la avenida San Martín y ruta nacional 16, de propiedad del acusado. Mediante una orden judicial emitida por el magistrado allanaron el lugar.
“Arribamos a la zona indicada el viernes 23 de septiembre por la mañana para realizar el procedimiento. Entrevistamos a Oscar Bravo, quien en principio se mostró tranquilo. Pero al llegar al lugar nos dimos con la sorpresa de que faltaban la mitad de los elementos. Los chasis y acoplados estaban asentados sobre troncos y tachos, ya que les habían sacado las ruedas. La otra mitad había desaparecido”, explicó el oficial Gustavo Orozco, titular de la Brigada de Investigaciones de Rosario de la Frontera.
“Al ser interrogado sobre el faltante, Bravo manifestó que desconocía el hecho. Luego dijo que los había enviado al sur y, posteriormente, cuando el procedimiento seguía avanzando y al ver que se iba a efectuar el secuestro sobre los otros elementos, un poco molesto manifestó que de los rodados no van a encontrar ni las ruedas”, informó Orozco.
Bravo fue inmediatamente detenido. Cuando era conducido por personal policial hacia el móvil estacionado sobre la avenida principal del pueblo, se autolesionó arrojándole cabezazos a la baranda de la camioneta. El acusado quedó internado en el hospital de Joaquín V. González a raíz de una crisis nerviosa por una suba de presión, según el diagnóstico de los médicos.
Luego el sospechoso denunció haber sido víctima de apremios ilegales por parte de la Policía.
 “Eso no es cierto, ya que consta en el acta que no tenía ningún tipo de golpes en el cuerpo, salvo los que se autoinflingió en la cabeza”, sostuvo Orozco, quien añadió que “la actitud de este sujeto tenía un solo objetivo, incriminar a la Brigada de Investigaciones en un abuso de autoridad. Se trata de un hecho mal intencionado de esta persona que miente e involucra al personal policial sin darse cuenta de que nosotros actuamos como auxiliares de la Justicia”.
</SUBTITULO>Policía retirado
Oscar Bravo, oriundo de la localidad anteña de El Quebrachal, es un expolicía que cumplió servicios durante 12 años en la zona de Joaquín V. González, y hace cuatro fue retirado de la fuerza por presentar una incapacidad física de un 53%. Actualmente tiene una empresa de camiones que realiza fletes y otros trabajos rurales.
El expolicía, luego de salir de su internación, el lunes, acordó con el juez de la causa que entregaría los vehículos faltantes, hecho que se consumó ayer. “Según un informe, las unidades están depositadas en un canchón en Joaquín V. González, a disposición del juez de Instrucción Formal 1, Mario Herminio Teseyra”, dijo Orozco.
 

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