Un grupo de cuatro supuestos gendarmes que mantenían un puesto de control sobre la ruta nacional 34, a ocho kilómetros al este de Rosario de la Frontera, tomó por asalto a los tres ocupantes de un Volkswagen Bora que se habían detenido en el lugar, siguiendo las señales de los uniformados, y ahora son intensamente buscados por la Policía.
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Un grupo de cuatro supuestos gendarmes que mantenían un puesto de control sobre la ruta nacional 34, a ocho kilómetros al este de Rosario de la Frontera, tomó por asalto a los tres ocupantes de un Volkswagen Bora que se habían detenido en el lugar, siguiendo las señales de los uniformados, y ahora son intensamente buscados por la Policía.
Una vez que el vehículo se detuvo para cumplir con las indicaciones de los supuestos o verdaderos gendarmes, estos los inmovilizaron apuntándolos con sus armas reglamentarias, los ataron de pies y manos con alambres, los llevaron en el mismo automóvil a unos 150 metros al interior del monte y, tras registrarlos minuciosamente, les robaron $18.000.
Las víctimas fueron identificadas como el agente de la Policía de Jujuy, Omar Néstor Vilacaba (32); Guillermo Luna (34) y Adriana Guzmán (31), todos con domicilio en Monterrico.
El hecho se produjo a la 6 de ayer y, según el relato que Vilacaba hizo a El Tribuno, “estos tipos a los que no pude verles la cara porque era casi de noche y después nos cubrieron la cara con sábanas, tenían todos armas regulares, calzado, uniformes, chalecos refractarios y conos de esa fuerza.
Nos llevaron al monte, registraron todo y como no hallaron más plata, amenazaban con quemar el auto. Les suplicamos que no lo hicieran y, afortunadamente, nos creyeron porque se fueron dejándonos abandonados allí. Como pude, saltando como canguro, llegué, casi dos horas después, a la ruta 34, donde alguien me vio así, maniatado y avisó a la policía”, contó.
El caso quedó en manos del juez de Instrucción Formal 2, Mario Dilascio, y las pesquisas a cargo de la Brigada de Investigaciones y de la comisaría 31 de Rosario de la Frontera.
Los pesquisas sospechan que hubo tareas de inteligencia en este hecho y que el suboficial jujeño y sus amigos eran esperados por los hombres vestidos y armados como gendarmes.
“Yo venía durmiendo en el asiento de atrás y mi vehículo lo manejaba Guillermo Luna. Me desperté por una frenada y al instante observé que dos personas se subieron en la parte delantera y otras dos, atrás. Nos golpearon y nos tiraron abajo del piso con la cabeza tapada por unas sabanas. Nos llevaron al monte. A mi me robaron $5.000, a Luna $9.000 y a la chica $4.000. Revisaron el auto durante más de media hora”, relató Vilacaba. Los efectivos que concurrieron al lugar encontraron un chaleco refractario de Gendarmería, tirado en el piso.
Raro: hace seis meses, Vilacaba estuvo involucrado en un hecho extraño. Iba como custodio de un tour de compras, integrado por dos ómnibus de las empresas Universo y El Quirquincho, de Jujuy y Buenos Aires. Por el hecho estuvo detenido dos meses en Metán.