Una batalla campal se desató durante la madrugada de ayer en el barrio Santa Victoria, ubicado en la zona oeste de la capital salteña.
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Una batalla campal se desató durante la madrugada de ayer en el barrio Santa Victoria, ubicado en la zona oeste de la capital salteña.
Alrededor de 20 jóvenes, pertenecientes a la patota Los Alberros, tomaron bloques de cemento y ladrillos, los partieron contra el piso y comenzaron a arrojar trozos contra puertas y ventanas de viviendas, automóviles y todo lo que tenían a su paso, mientras los vecinos dormían.
Los disturbios tuvieron lugar en la calle León Cabezón al 2200 y el pasaje Eduardo Gauna, a las 3.30.
Los sujetos mantienen una rivalidad de larga data con otro grupo conocido como Los Halcones, integrado por menores que residen en la zona y que no son menos violentos.
En consecuencia, los vecinos quedan, casi todas las noches, en medio de los enfrentamientos y sufren las terribles consecuencias de las peleas y actos de vandalismo.
Un automóvil Chevrolet 400 celeste resultó con el parabrisas destruido. Otros vehículos, tales como un Renault 6 marrón y un Citroen amarillo, también quedaron con las lunetas destrozadas a causa de los cascotazos.
Una vivienda de dos plantas tiene tres ventanas rotas. Otra casa quedó con la puerta llena de agujeros. Pero lo más grave fue que el portón de la casa de uno de los vecinos presenta un impacto de bala que podría haber herido a un menor que estaba viendo televisión en el interior de la morada.
Ocho vecinos radicaron sendas denuncias en la comisaría 8 por lo ocurrido. Fuentes policiales explicaron que cada vez que concurren al lugar, también son atacados con objetos contundentes, por lo que un móvil del 911 tiene los vidrios destrozados.
“No podemos vivir tranquilos. Esta es una historia de nunca acabar. Todo el tiempo vuelan piedras por los aires. Nos rompen ventanas, puertas, focos, autos. Llamamos a la Policía pero a ellos también los corren a cascotazos. Encima no podemos hablar porque los patoteros nos amenazan todo el tiempo”, dijo una señora.
“Yo alquilo hace cuatro meses una habitación y anoche casi lastiman a mi bebé porque arrojaron una piedra contra la ventana cuando dormíamos”, dijo una joven madre que reside en la zona.
Durante la refriega y tras decenas de llamados de auxilio al Sistema de Emergencias, seis móviles del 911 y de la comisaría 8 acudieron y tres menores resultaron demorados. “Los patoteros son conocidos como Gallo, Mayin Bu, Ojito, Catoche, Pochoclo, Huguito, Gallina, Gabo, Hernán, Braian, Lechi, Teke y Claudín”, finalizaron los vecinos damnificados.