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Emilio Tenti Fanfani: ?Seguimos dando clases como en el Siglo XIX?

Domingo, 28 de octubre de 2012 01:11

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El docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) dialogó con El Tribuno sobre la actualidad de la escuela en nuestro país, con todos sus actores y todas sus complejidades.

¿Estamos en una cultura de la protesta?

Estamos en un país donde todos reclaman. Es una sociedad con una tradición muy reivindicadora y tiene que ver con la cultura.

Uno ve a esas mujeres pobres en las villas y todos se expresan con una naturalidad asombrosa. A mí me parece una característica muy interesante y donde es un desafío gobernar.

¿Puede ser que el kirchnerismo no varió mucho el rumbo de la Educación?

Hay una diferencia entre inclusión y escolarización; ahora en toda Latinoamérica hay muchos chicos en las escuelas. Lo que hay que reconocer es que el presupuesto destinado a Educación ha mejorado muchísimo. Incluso se refleja en los salarios docentes y ellos mismos lo reconocen. Nosotros hicimos una investigación en el año 2000 con los docentes y me asombró el resultado de una pregunta sobre su posición en la sociedad comparada con sus padres y salía que un 38% estaba peor, o sea en decadencia. En Brasil y México el 60% decía que estaban mejor.

Ahora, en 2010, la volvimos a hacer y nos normalizamos con un 40% que dice que estamos mejor y eso es gestión y mejor administración.

Lo segundo fue lograr salir del desbarajuste de los años 90 de la EGB y el Polimodal. Eso había sido una irresponsabilidad tecnocrática sin precedentes. Volver a la tradición del primario y secundario fue fundamental. A la primaria había que arreglarla y a la secundaria había que expandirla.

Otra cosa que intentaron mejorar fue el desguace del Estado donde el Ministerio de Educación llegó a un punto de no tener escuelas.

Bueno, ahora tampoco tienen escuelas...

Pero intentaron arreglar la formación docente con ciertos criterios y fundamentos básicos. Esto ya se hace en México y Brasil donde a se está discutiendo sobre los criterios curriculares mínimos donde cada distrito aporta su particularidad. Ahora hay un intento de fortalecer el Estado nacional sin que pierdan la autonomía las provincias.

También quedó la evaluación de calidad como instrumento de los 90...

Es un recurso que vino con la onda de los economicistas. La derecha la utilizaba como la gran herramienta de mejora de la educación. Sin embargo, no hubo nunca continuidad.

A mí me parece que tiene que ser una herramienta para saber cómo se distribuyen las desigualdades que hay en los aprendizajes y las dificultades, pero la tendrían que implementar cada docente en sus aulas. Tiene que ser un recurso pedagógico.

¿Por eso propone animadores socioculturales, psicopedagogos, etc?

Ya hay trabajadores sociales, psicopedagogos, animadores en las escuelas. Y esto por las profundas transformaciones que sufre el concepto de familia. Hay un montón de tipos de familia; además de la incorporación de la mujer al trabajo. Hay que buscar entonces apoyo en el desarrollo emocional de los chicos, la convivencia. Se necesita hasta nutricionistas, profesionales en actividades lúdicas, deportes, para atender las nuevas dimensiones y complejidades más allá de lo estrictamente pedagógico.

Pero cómo se hace esto en las escuelas rurales?

Y hay que sacar docentes animadores para ese contexto. Crear nuevas figuras profesionales y debería haber capacitaciones que amplíen las competencias de los docentes..

El otro problema es saber cómo están capacitados los capacitadores.

Hasta los capacitadores siguen siendo tradicionalistas...

Yo soy bastante crítico con mis colegas especializados en Educación. Por ejemplo en un tema tan específico y elemental como lo es la enseñanza de la lectoescritura hay peleas y nadie sabe a quién seguirle la corriente.

Entonces los maestros no usan un determinado método. Usan mezclas. Capaz que no hay un método válido para todas las situaciones y los maestros están obligados a usar su método personal. Para hacerlo deben tener una formación pedagógica inicial amplia y sólida.

Siguen con las mismas recetas de hace muchos años atrás...

Es muy conservador el sistema. Lo que pasa es que el oficio de docente se aprende de una manera muy particular. El muchacho que va al terciario ya tiene 13 años de escolaridad. Ya tiene el método cómo enseñar, disciplinar, ordenar, sancionar, premiar y castigar. Eso te enseñan de forma tácita. Luego te enseñan teorías de Piaget, Freire pero después hacés lo que mamaste. Diferente es aquel que ingresa a Ingeniería y nunca en su vida entró a una fábrica.

¿Y entonces qué hay que hacer?

Cambiar la escuela y las prácticas requiere modificar mentalidades, conocimiento y actitudes, y eso requiere mucho tiempo. No se puede pretender convertir a todos los docentes mayores de 50 años, con mucha experiencia en constructivistas piagetianos. Hay que pensar en formar a los nuevos profesores con otro modelo pedagógico.

Ahora la moda son los cursos de perfeccionamiento y de formación continua. Entonces ¿por qué los estamos formando imperfectos? No hay cursos de perfeccionamiento para médicos; hay de actualización como en todos los oficios.

¿Cuáles son los aspectos que se tienen que arreglar?

Hay dos consignas. Una es la formación de formadores. Mi pregunta es si se puede ofrecer una formación de calidad, formar en las 1150 instituciones formadoras que existen en la Argentina.. En 2009, cuando hicimos un estudio muestral de profesores y estudiantes de IFD, ni siquiera había consenso acerca del número total de instituciones formadoras que había en el país. En Francia hay alrededor de 50, con una población más numerosa que la de la Argentina. Nuestras instituciones formadoras de docentes están distribuidas en pequeñas poblaciones y cumplieron con otras funciones: fueron una oportunidad de ascenso social para los chicos de pequeños pueblos.

Por lo general los docentes son personas que nunca salieron de la escuela porque paradójicamente muchos terciarios funcionan en el establecimientos de nivel secundario. Están desde los 5 años en el mismo mundo escolar. No tuvieron , como otros profesionales, la oportunidad de vivir la experiencia universitaria, con todo lo que ello implica: libertad, autonomía, diversidad, militancia, debate, etc. La vida universitaria misma educa, más allá de la carrera que se estudia.

En Chile, Brasil o Finlandia son licenciaturas universitarias.

Se entiende entonces que lo extracurricular es muy fuerte...

Sí, lo único que aprende son frases y teoría. Repiten de memoria frases de Freire, Piaget y Vigotsky. Todo hermoso y moderno, pero hace lo que aprendió desde los 5 años. Por eso está el debate entre teoría y práctica que sólo se da en pedagogía. Y es porque la práctica es lo que aprendiste naturalmente. Nosotros estamos acostumbrados a decir yo doy clases y en realidad las clases deben ser organizar grupos, facilitar, mimar, proponer actividades.

Esa fue una de las consigna. ¿La otra?

La cuestión institucional. El maestro no trabaja en el vacío social, lo hace en contextos institucionales que proveen reglas y recursos específicos. Hay instituciones fuertes e instituciones débiles. El mismo maestro hace cosas diferentes en uno u otro contexto. No todo es cuestión de formación docente. Debemos hacer una profunda crítica al modelo institucional escolar heredado del siglo XIX. Una institución fuerte es la que tiene liderazgo fuerte y democrático, comunidad de objetivos, trabajo en equipo, sentido de pertenencia, integración con la comunidad, participación de las familias, bajo nivel de conflicto, riqueza de recursos (económicos, de infraestructura física, tecnológicos, didácticos, tiempo de aprendizaje, trabajo en equipo, etc.). En el país existe mucha desigualdad en las instituciones educativas y desgraciadamente los chicos pobres frecuentemente asisten a escuelas pobres. Así solo se reproducen desigualdades sociales.

También habría que repensar toda la estructura institucional...

Todo, hasta los horario de clase. No somos máquinas para estar 45 minutos con matemáticas y luego 45 con historia. Suena loco si estabas entusiasmado con matemática y luego tenés que cambiar la llave y te meten historia.

¿Por qué no hacemos tres horas de historia o ciencias sociales?. Eso permitiría desarrollar actividades más variadas, el trabajo colectivo de docentes y alumnos, etc. Eso es solo un ejemplo para que después no le echemos toda la culpa a los docentes; la calidad de la educación depende de los docentes y de la institución en la que ellos trabajan. Si traes un médico de Harvard y lo ponés en un hospital rural precario y pobre el médico no va a hacer milagros. Entonces también tenemos que fortalecer lo institucional.

 

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