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Mañana declara el exmarido de la mujer hallada en Cafayate

Domingo, 28 de octubre de 2012 10:02
Golpeada. Palacios golpeaba siempre a su exmujer, pero no es el único sospechoso; también lo es un médico cafayateño.

El juez de Instrucción Formal 5, Pablo Arancibia indagará mañana al exmarido y principal sospechoso del asesinato de la ciudadana correntina con residencia en Santa María de Catamarca Isabel “Fanny” Escalante (52), cuyos restos óseos fueron hallados en Cafayate el 19 de abril pasado, a la vera de la ruta nacional 68, a dos kilómetros al norte del acceso a la localidad calchaquí.

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Golpeada. Palacios golpeaba siempre a su exmujer, pero no es el único sospechoso; también lo es un médico cafayateño.

El juez de Instrucción Formal 5, Pablo Arancibia indagará mañana al exmarido y principal sospechoso del asesinato de la ciudadana correntina con residencia en Santa María de Catamarca Isabel “Fanny” Escalante (52), cuyos restos óseos fueron hallados en Cafayate el 19 de abril pasado, a la vera de la ruta nacional 68, a dos kilómetros al norte del acceso a la localidad calchaquí.

Peritajes realizados sobre los despojos, determinaron que la mujer había fallecido por estrangulamiento mecánico y había sido golpeada en el cráneo con una piedra.

El hombre, que fue detenido por efectivos de la Brigada de Investigaciones 6 de Cafayate, en su domicilio, es Alejandro Hermógenes Palacios (62), un conocido chapista de la ciudad catamarqueña de 24.000 habitantes, situada a 1.889 metros sobre el nivel del mar y ubicada 89 kilómetros al sur del lugar del macabro hallazgo.

Este caso ha marcado un antes y un después en las relaciones de la Policía de la Provincia, especialmente de sus equipos investigativos y científicos, con el Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), dependiente del Ministerio Público.

Y las razones de esta bronca, que acumula antecedentes, son las pericias efectuadas por el organismo estatal de reciente creación. Sus especialistas determinaron que la edad de la persona asesinada era de 26 a 35 años, y por eso se negaron sistemáticamente a realizar un análisis genético comparativo entre los tejidos adheridos a los despojos y los familiares de Fany Escalante, aunque los detectives cafayateños sospechaban, por una denuncia realizada por el hijo de esta, Oscar Pereyra (33), ante la policía de Tucumán, que su madre había desaparecido alrededor del 13 de enero de este año.

Además, un análisis de la fauna cadavérica realizado por la entomóloga Roxana Ayón daba como fecha de muerte precisa de la desconocida víctima el 27 de febrero.

Los policías tenían la certeza de que la muerte había ocurrido la segunda quincena de enero, como está comprobado, ya que la última vez que se la vio con vida fue el 14 de ese mes, cuando retiró los resultados de una biopsia que se practicó en el hospital Nuestra Señora del Rosario de Cafayate.

Además, ese mismo día había realizado su última comunicación telefónica.

Paralelamente, un equipo interdisciplinario del CIF entregó al juez Arancibia un trabajo tridimensional a escala real de aproximación facial forense del cadáver de la mujer asesinada, realizado por Paola Geipel, de ese organismo, y la antropóloga María Etelvina Díaz, del Museo de Antropología de Salta. El rostro reconstruido no tiene nada que ver, bajo ningún aspecto, con Escalante.

Sin embargo, los efectivos de la Brigada de Investigaciones llevaron las fotos de las prendas de vestir halladas al lado de los restos a Santa María y la hija menor de la mujer, de 12 años, las reconoció de inmediato, especialmente los pantalones Linda Z, de fabricación brasileña, que ambas había comprado a principios de año en Foz de Iguazú.

Con esos datos, el juez Arancibia ordenó hacer un estudio de ADN con tejidos del hijo de la mujer, que dieron por terminado el misterio.

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