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Empleados acusados cuentan su versión

Jueves, 04 de octubre de 2012 02:29

Mientras continúa siendo un misterio el robo de siete netbooks en el colegio Scalabrini Ortiz, el lunes pasado, los cuatro empleados sospechados de la institución, situada en el macrocentro capitalino, dieron sus versiones de los hechos a El Tribuno.
“Fuimos injustamente acusados y queremos aclarar nuestra situación”, aseguró Gerardo José Valdez Barros (28), uno de los encargados de gabinete del establecimiento educativo.
“Cuando nos enteramos del robo, mis compañeros Jorge Ariel Vargas, Liliana Chilo, Claudio Sosa y yo, nos pusimos a disposición de la Policía. Luego nos llevaron a declarar a la Brigada de Investigaciones, pero más tarde, sin ninguna orden de allanamiento firmada, ingresaron a nuestros domicilios, los requisaron y se llevaron las computadoras que el colegio nos había facilitado para trabajar y que no tienen nada que ver con las que sustrajeron desde la sala de informática”, enfatizó Barros, quien recordó que “posteriormente la misma Policía informó con fotografías de esas máquinas, que eran las recuperadas, cuando no es cierto”.
Justamente, un día después, desde el Juzgado de Instrucción Formal 8, a cargo de Federico Diez, se aclaró que los elementos incautados no eran los robados.
“Las autoridades del colegio ya mandaron un informe a la Policía sobre las computadoras portátiles secuestradas, en donde se acredita que eran nuestras herramientas de trabajo”, aseguraron.
Por su parte, Liliana Chilo, preceptora de la institución comentó: “Todo esto nos perjudicó porque se mancharon nuestros nombres y lo peor de todo es que por lo bajo se escucha a los chicos decir: ‘Ahí esta la chorra’, ‘esta fue’”.

El golpe de los delincuentes

Cabe recordar que el robo ocurrió durante el fin de semana anterior en la entidad ubicada en la intersección de la avenida San Martín y calle Coronel Moldes y fue descubierto por los empleados del establecimiento el lunes por la mañana, momentos antes de radicar la denuncia, ante el Sistema de Emergencias 911.
Luego, tras el arribo de los efectivos de la Brigada de Investigaciones, se pudo establecer que él o los autores del robo ingresaron por calle Coronel Moldes tras saltar la pared principal del inmueble y luego rompieron uno de los barrotes del portón que se encuentra ubicado al lado de la sala de dirección. Seguidamente subieron por las escaleras y se instalaron en un aula sin seguridad, ubicada a la par de la sala de informática, donde hicieron un boquete para llegar a las computadoras.

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Mientras continúa siendo un misterio el robo de siete netbooks en el colegio Scalabrini Ortiz, el lunes pasado, los cuatro empleados sospechados de la institución, situada en el macrocentro capitalino, dieron sus versiones de los hechos a El Tribuno.
“Fuimos injustamente acusados y queremos aclarar nuestra situación”, aseguró Gerardo José Valdez Barros (28), uno de los encargados de gabinete del establecimiento educativo.
“Cuando nos enteramos del robo, mis compañeros Jorge Ariel Vargas, Liliana Chilo, Claudio Sosa y yo, nos pusimos a disposición de la Policía. Luego nos llevaron a declarar a la Brigada de Investigaciones, pero más tarde, sin ninguna orden de allanamiento firmada, ingresaron a nuestros domicilios, los requisaron y se llevaron las computadoras que el colegio nos había facilitado para trabajar y que no tienen nada que ver con las que sustrajeron desde la sala de informática”, enfatizó Barros, quien recordó que “posteriormente la misma Policía informó con fotografías de esas máquinas, que eran las recuperadas, cuando no es cierto”.
Justamente, un día después, desde el Juzgado de Instrucción Formal 8, a cargo de Federico Diez, se aclaró que los elementos incautados no eran los robados.
“Las autoridades del colegio ya mandaron un informe a la Policía sobre las computadoras portátiles secuestradas, en donde se acredita que eran nuestras herramientas de trabajo”, aseguraron.
Por su parte, Liliana Chilo, preceptora de la institución comentó: “Todo esto nos perjudicó porque se mancharon nuestros nombres y lo peor de todo es que por lo bajo se escucha a los chicos decir: ‘Ahí esta la chorra’, ‘esta fue’”.

El golpe de los delincuentes

Cabe recordar que el robo ocurrió durante el fin de semana anterior en la entidad ubicada en la intersección de la avenida San Martín y calle Coronel Moldes y fue descubierto por los empleados del establecimiento el lunes por la mañana, momentos antes de radicar la denuncia, ante el Sistema de Emergencias 911.
Luego, tras el arribo de los efectivos de la Brigada de Investigaciones, se pudo establecer que él o los autores del robo ingresaron por calle Coronel Moldes tras saltar la pared principal del inmueble y luego rompieron uno de los barrotes del portón que se encuentra ubicado al lado de la sala de dirección. Seguidamente subieron por las escaleras y se instalaron en un aula sin seguridad, ubicada a la par de la sala de informática, donde hicieron un boquete para llegar a las computadoras.

El pedido de antecedentes

El magistrado dio a conocer que la única medida que se realizó con respecto a los cuatro empleados tuvo relación con una revisión de sus antecedentes personales. Nada más. Los pesquisas tenían la casi certeza de que Valdez Barros, Vargas, Chilo y Sosa estaban involucrados en el caso, teoría que finalmente se cayó a pedazos.

Las computadoras no aparecen

Tras haber sospechado de cuatro empleados del colegio Scalabrini Ortiz por el robo de netbooks en la mencionada institución, la Policía dio un paso atrás tras comprobarse que los señalados no tuvieron ninguna relación con el hecho.

Además, los investigadores no tienen pistas certeras sobre los autores del robo, pero creen que el o los autores deben tener algún lazo con el establecimiento educativo.

Por su parte, el juez de Instrucción Formal 8, Federico Diez, a cargo del caso, espera informes de la investigación policial para continuar avanzando. Por ahora no hay sospechosos ni detenidos.

De esta manera, el o los delincuentes que arrancaron un barrote de la reja principal del establecimiento y luego realizaron un boquete en el aula de informática para sustraer las netbooks continúan en libertad y los elementos sustraídos siguen desaparecidos.

Más de ocho netbooks

Se pudo establecer, además, que las computadoras portátiles robadas no fueron ocho en total, sino que podrían ser 16, aunque esto se confirmará en las próximas horas, cuando se termine de realizar el inventario en la mencionada institución.

 

 

 

 

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