Juan Carlos Crespi estuvo en Chaco como uno de los dirigentes acompañantes de la Selección argentina que finalmente no pudo enfrentarse ante Brasil en el Superclásico de las Américas como consecuencia del apagón que ocurrió en el estadio de Sarmiento de Resistencia, pero igualmente no deja de hablar de Boca y su realidad cualquiera sea el lugar donde se encuentre desempeñando sus funciones.
En diálogo con De Una Otro Buen Momento, programa que se emite por Radio La Red, el vicepresidente "xeneize" descartó las versiones que afirman que los jugadores "fueron para atrás" en el compromiso ante San Martín de San Juan para perjudicar la imagen de un Julio César Falcioni que por estos días se está jugando la renovación en su puesto. "Yo soy de Boca y quiero que Boca salga campeón, y voy a hacer todo lo imposible hasta que vean que les soy útil. Los problemas internos, algún día los vamos a arreglar", comenzó.
Pero inmediatamente, el experimentado directivo fue "al hueso" y se despachó como todos querían escucharlo, sin pelos en la lengua: "Es imposible que haya una conspiración. Los jugadores pueden no ser amigos del técnico, pero no van a jugar para voltearlo. Boca hace mucho que no juega como nos gusta, igualmente a mí nunca me agradó el juego bonito porque yo quiero ganar 1-0 y con un gol mal dado".
Y por último, tras sentenciar que "yo ante todo soy hincha de Boca y después dirigente", Crespi pidió el máximo esfuerzo de todos para dar otra vuelta olímpica porque "con la copa en la mano podremos arreglar los problemas que tenemos con uno o con otros".
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Juan Carlos Crespi estuvo en Chaco como uno de los dirigentes acompañantes de la Selección argentina que finalmente no pudo enfrentarse ante Brasil en el Superclásico de las Américas como consecuencia del apagón que ocurrió en el estadio de Sarmiento de Resistencia, pero igualmente no deja de hablar de Boca y su realidad cualquiera sea el lugar donde se encuentre desempeñando sus funciones.
En diálogo con De Una Otro Buen Momento, programa que se emite por Radio La Red, el vicepresidente "xeneize" descartó las versiones que afirman que los jugadores "fueron para atrás" en el compromiso ante San Martín de San Juan para perjudicar la imagen de un Julio César Falcioni que por estos días se está jugando la renovación en su puesto. "Yo soy de Boca y quiero que Boca salga campeón, y voy a hacer todo lo imposible hasta que vean que les soy útil. Los problemas internos, algún día los vamos a arreglar", comenzó.
Pero inmediatamente, el experimentado directivo fue "al hueso" y se despachó como todos querían escucharlo, sin pelos en la lengua: "Es imposible que haya una conspiración. Los jugadores pueden no ser amigos del técnico, pero no van a jugar para voltearlo. Boca hace mucho que no juega como nos gusta, igualmente a mí nunca me agradó el juego bonito porque yo quiero ganar 1-0 y con un gol mal dado".
Y por último, tras sentenciar que "yo ante todo soy hincha de Boca y después dirigente", Crespi pidió el máximo esfuerzo de todos para dar otra vuelta olímpica porque "con la copa en la mano podremos arreglar los problemas que tenemos con uno o con otros".