“Aunque la muerte los había separado, él decidió seguirla hasta el más allá y eso convenció a las familias que las disputas y los rencores fueron en vano”, dijo Antonia Mamaní, una vecina que acompañó los restos de la joven pareja que falleció ayer en el barrio Virgen del Rosario de San Nicolás.
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“Aunque la muerte los había separado, él decidió seguirla hasta el más allá y eso convenció a las familias que las disputas y los rencores fueron en vano”, dijo Antonia Mamaní, una vecina que acompañó los restos de la joven pareja que falleció ayer en el barrio Virgen del Rosario de San Nicolás.
En tanto, un primo hermano de Alejandro Samana, el joven de 20 años que se ahorcó, aseguró que "el cuerpo de mi primo fue primero y sobre él su eterna novia, juntos para siempre”, afirmó. "Nos dejaron a su pequeña Agustina, que hoy se encuentra en casa de la abuela materna, porque ella tiene un poco más de medios que nosotros", añadió.
Luego aseguró “la niña no tiene cuna ni ajuar ni nada que se le parezca, estaba siendo alimentada a pecho por su madre, porque tampoco disponían de dinero para adquirir leche maternizada.
Hoy Agustina necesita la mano de Dios y la generosidad cristiana”, reflexionó.
En tanto, la familia de Araceli Montaño, la joven de 19 años que habría muerto por un edema pulmonar agudo, como la de Alejandro Samana accedieron a darle cristiana sepultura a ambos en la misma fosa, excavada en el cementerio de Atocha, aunque fueron velados en domicilios diferentes.
“Ellos lucharon por estar juntos, la muerte súbita de ella los separó, pero él le siguió los pasos dejando sólo el fruto de su amor “Agustina”, la bebé que hoy necesita de la solidaridad salteña”, dijeron consternados los vecinos.