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La vigencia del ferrocarril

Martes, 09 de octubre de 2012 19:44

 

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Por Felix Piacentini, economista de la Fundación Mediterranea

A la hora de insistir sobre una matriz de transporte más equilibrada que incluya una mayor participación del ferrocarril, el transporte de granos se convierte en un claro ejemplo de cómo la disminución de trasladar la producción puede impactar sobre la competitividad de las economías regionales, sobre todo, las del norte de nuestro país.

Parte de esta competitividad ha sido erosionada en los últimos años porque el tipo de cambio se ha ajustado a una tasa mucho menor que la de los precios, resultando por ende una importante inflación de costos en dólares.

Por caso, para una distancia de 500 kilómetros, el costo de movilizar una tonelada por kilómetro ha aumentado un 80% desde 2005 en dólares para el caso del camión, mientras que por tren el flete en la misma moneda se ha duplicado. Obviamente que la mejora de precios internacionales de algunos granos como la soja han morigerado el impacto de estas alzas sobre la rentabilidad del productor, aunque no es el caso de todas las producciones regionales.

Por ello es fundamental encontrar alternativas que disminuyan nuestros costos genuinamente. Más tren nos puede conducir por ese camino. Volviendo al ejemplo de granos, hoy se moviliza por ferrocarril el 10% de la cosecha gruesa argentina, es decir unas 10 millones de toneladas por año. Si bien se ha logrado aumentar en dos puntos porcentuales la participación, desde el 8% que se registraba en 2005, claramente ésta todavía es muy baja para bienes tan “ferroviarios” como los granos.

De acuerdo a un reciente trabajo de la Fundación Producir Conservando, muy esquemáticamente, el 75% de la producción granaria argentina no recorre una distancia mayor a los 300 kilómetros entre su producción y transformación o exportación. Aunque existen ganancias de incrementar el uso del tren para esa distancia promedio, para la cual se presenta una fuerte competencia del camión, los beneficios más interesantes surgen del 25% restante de nuestra cosecha gruesa que proviene fundamentalmente de las regiones del NOA-NEA con distancias de al menos 1.000 kilómetros hasta su destino final.

Realizando un ejercicio de simulación, si la utilización del ferrocarril para transportar granos se duplicara, pasando del 10% al 20% del total, la merma promedio en el flete ponderado de todo el sistema (tren más camión) sería de casi 3 dólares por tonelada provocando un ahorro anual aproximado del 7% (300 millones de dólares por año). El mayor ahorro se produciría para el norte argentino, que vería rebajada su tarifa ponderada en 7 dólares por tonelada y ahorraría 170 millones de dólares/año; recortando un 9% sus fletes. Es decir que el 60% de las ganancias de duplicar el transporte de granos por ferrocarril provendrían del 25% producido por la región norte.

 

 

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