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Parecido pero diferente, para peor

Jueves, 01 de noviembre de 2012 17:13

Maximiliano Troyano y Gabriela Buabse se vieron involucrados en sendos escándalos por afirmaciones que ubicaron a víctimas de abuso sexual como responsables de ese aberrante destino. El exministro de Seguridad dijo, con sinceridad brutal, que una turista japonesa había pecado de “exceso de confianza” cuando un guía de turismo le sugirió quitarse la ropa para cruzar un río. Sus dichos recibieron un aluvión de críticas. El exfuncionario admitió su error y renunció. El gobernador aceptó la dimisión y tuvo que aclarar que ese no era el pensamiento de su Gobierno.

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Maximiliano Troyano y Gabriela Buabse se vieron involucrados en sendos escándalos por afirmaciones que ubicaron a víctimas de abuso sexual como responsables de ese aberrante destino. El exministro de Seguridad dijo, con sinceridad brutal, que una turista japonesa había pecado de “exceso de confianza” cuando un guía de turismo le sugirió quitarse la ropa para cruzar un río. Sus dichos recibieron un aluvión de críticas. El exfuncionario admitió su error y renunció. El gobernador aceptó la dimisión y tuvo que aclarar que ese no era el pensamiento de su Gobierno.

La directora del CIF rubricó un informe que justifica el abuso a una nena de 9 años porque “se ubica en un lugar de mujer, mostrando un cuerpo desarrollado que puede llegar a ser objeto de deseo”. Pero en vez de admitir que se trató de un error, como hizo Troyano, Buabse eligió lavarse las manos. “Firmé el informe, pero no intervine en su contenido” dijo. No aclaró si comparte la valoración machista que el documento contiene ¿Habrá leído el informe antes de firmarlo? ¿No podía, como jefa del CIF, sugerir que tenga más rigor científico y menos prejuicios?

Ayer, el gobernador salió a respaldarla y denunció, otra vez, una maniobra de El Tribuno.

Para ninguno de los dos hubo error. Parece que este Gobierno y el Ministerio Público piensan, efectivamente, que las nenas de 9 años pueden ser objeto de deseo.

 

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