La historia deberá empezar a hacerle un lugar cada vez más grande. A los 25 años, Novak Djokovic demuestra por qué es el N° 1 del mundo. Por los títulos, por su juego, por una mentalidad muy fuerte, que le permite volver a meterse en partidos en los que parece perdido, por la rapidez con que convierte su férrea defensa en filosos ataques. Ahí está Nole saltando en la cancha, gritando, abrazando a su equipo, a su novia, se lo merece, es el mejor de hoy.
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La historia deberá empezar a hacerle un lugar cada vez más grande. A los 25 años, Novak Djokovic demuestra por qué es el N° 1 del mundo. Por los títulos, por su juego, por una mentalidad muy fuerte, que le permite volver a meterse en partidos en los que parece perdido, por la rapidez con que convierte su férrea defensa en filosos ataques. Ahí está Nole saltando en la cancha, gritando, abrazando a su equipo, a su novia, se lo merece, es el mejor de hoy.
Todo eso se conjugó en esta ciudad para que el serbio se consagrara campeón del Masters de Londres al vencer a Roger Federer por 7-6 (6) y 7-5, en dos horas y 14 minutos de juego, en un partido genial, que mantuvo en vilo y lleno de ánimo a las 17.800 personas que coparon el imponente O2 Arena.
Djokovic ganó por segunda vez el torneo de Maestros y es el 9° jugador que logra la corona como N° 1. La otra vez lo había conseguido, en 2008, en Shanghai, pero, esta vez, el título es consagratorio, porque lo logra como el N° 1, puesto en el que ya estaba hace un año y que sigue ocupando hoy, pese a que Federer lo desplazó por algunas semanas.
A Djokovic le cambió la vida a fines de 2010, después de ganar la Copa Davis. Fue entonces cuando modificó sus hábitos alimenticios, además de otros aspectos de su juego. Se convirtió en un jugador temible que acabó 2011 con 10 títulos, entre ellos Australia, Wimbledon y el US Open. En los últimos dos años, Nole obtuvo 16 de los 34 títulos que tiene.
Como ayer ante Juan Martín del Potro, Djokovic logró meterse ante Federer en un partido que era cuesta arriba, el cual empezó perdiendo los primeros nueve puntos, con un 0-3 en el arranque. Pero se recuperó, terminó ganando el tie break del primer set, después de haber servido 5-4 para llevarse el parcial. En el segundo, Roger sacó para forzar un set decisivo y, allí, Nole volvió a levantarse a lo grande y cerró el partido con otro quiebre.
Por ganar el torneo, Djokovic embolsó 1.760.000 dólares por haberlo logrado de manera invicta, con cinco partidos ganados y sólo dos sets perdidos, contra Murray y Del Potro. Este año, tras perder con el tandilense el partido por la medalla de bronce de los Juegos Olímpicos, Nole ganó 30 de 33 partidos y pudo volver al N° 1, un puesto que se ganó y en el que merece estar.
El partido
El primer set fue una delicia. Puntos espectaculares, resultado cambiante, una lucha cuerpo a cuerpo digna de los dos mejores jugadores del mundo. Parecía en el inicio que Federer se llevaba el partido por delante al ponerse 3-0 de entrada con un quiebre y luego de ganar de manera consecutiva los primeros nueve puntos del encuentro.
Sin embargo, como ya la sufrió en carne propia Del Potro, Djokovic sabe lo que es volver a empezar en un partido con todo cuesta arriba. El serbio estabilizó su juego, empezó a cometer menos errores y ganó los siguientes tres games para recuperar su saque. Fue por más y concretó otro break (5-4) para sacar para set, pero Roger reaccionó con un punto impecable. Fueron al tie break, que terminó siendo un gran espectáculo, y se lo llevó el N° 1 del mundo. Las diferencias fueron detalles.
En el segundo, Federer tomó rápida ventaja con quiebre. Hubo peloteos muy buenos de un elevado nivel de juego. Parecía que Roger lograba forzar un tercer set. Incluso, sacó 5-4 para set. Sin embargo, Djokovic se repuso: quebró, sacó y sumó, y volvió a quebrar para llevarse el título.