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?No cualquier música se puede fusionar?

Miércoles, 14 de noviembre de 2012 14:22

Jairo es una de las mejores voces que la Argentina le dio al mundo, dijo alguna vez la inmortal Mercedes Sosa. Con su timbre de voz inconfundible, clara, colorida, incansable, el cordobés de Cruz del Eje, habitante singular de España y de Francia, mantiene intacto el vínculo con su público, ese que lo sostiene en el más alto sitial entre los cantantes populares de Latinoamérica. Anoche cantó en el Teatro Provincial en un recital privado organizado por el Laboratorio Roemmers. Al mediodía, afable y dispuesto a la charla, Jairo reveló a El Tribuno que “siempre es bonito volver a esta bellísima ciudad” y para halagar a los salteños, aseguró que la plaza 9 de Julio es de las más lindas de la Argentina.

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Jairo es una de las mejores voces que la Argentina le dio al mundo, dijo alguna vez la inmortal Mercedes Sosa. Con su timbre de voz inconfundible, clara, colorida, incansable, el cordobés de Cruz del Eje, habitante singular de España y de Francia, mantiene intacto el vínculo con su público, ese que lo sostiene en el más alto sitial entre los cantantes populares de Latinoamérica. Anoche cantó en el Teatro Provincial en un recital privado organizado por el Laboratorio Roemmers. Al mediodía, afable y dispuesto a la charla, Jairo reveló a El Tribuno que “siempre es bonito volver a esta bellísima ciudad” y para halagar a los salteños, aseguró que la plaza 9 de Julio es de las más lindas de la Argentina.

¿Cuál es el secreto de tantos años de carrera, con una popularidad que no decae?

No sé si hay secreto. Creo que lo que pasa con los cantantes, con los artistas populares, está muy relacionado con el azar, con la suerte. La verdad es que yo no tuve que esforzarme para hacer una carrera de tantos años. En mi caso, a medida que avanzaba se me fueron abriendo puertas, no sé quién tenía las llaves pero yo avanzaba y casi ninguna puerta se me cerraba. Cuando era niño, mi meta era cantar en Córdoba, luego en Buenos Aires; cuando estuve allí me ofrecieron cantar en España, allá fui pensé que me quedaría porque los cantantes latinos, una vez que llegan a España ya se quedan. Difícilmente un cantante piense en salir de España, salvo excepciones no piensan en cruzar los Pirineos.

Usted sí cruzó los Pirineos

Sí, me invitaron junto con Susana Rinaldi porque se le ocurrió al Teatro Olympia de París hacer unas jornadas de música argentina, otras brasileñas y otras más. Yo no hubiera pensado en ir a París a cantar, esa es una ciudad para visitar, para hacer compras, para pasear, comprar un disco. Esa es una de las puertas que se abrieron para mí; me escucharon, me hicieron grabar un disco que fue un gran éxito. Yo no hice nada especial para eso, lo único que yo en España acaba de grabar un disco con poemas de Jorge Luis Borges...quizás eso influyó para que me llamaran.

¿Y cómo resultó este cordobés, radicado en España cantando en francés y radicado en Francia?

Fue bastante curioso. Yo no hablaba ni una palabra de ese idioma. Recuerdo que luego de uno de los días de cantar en el Olympia, el bajista del grupo me dijo que debía saludar a la gente con una palabras en francés. El me escribió unas frases para que yo leyera en fonética, las pegué en el micrófono y las dije al término de una canción. La gente se rió, nunca sabré lo que dije ni por qué la gente se rió. Por las dudas, no la repetí nunca más. Después ya vino la posibilidad de una compañía para grabar un disco en francés con la posibilidad de estudiar la lengua. Ya era diferente. Después del cuarto disco sentía que me trataban como un cantante francés. Tampoco había pensado eso, fue inesperado. Me quedé, viví 16 años en París.

¿Qué vínculo tiene con Cruz del Eje?

Muy bueno. Voy mucho menos de lo que me gustaría, pero los visito seguido. Ahí vive mi hermano más chico; mis padres vivieron siempre allí y murieron allí, igual que mis hermanos mayores. Tengo también el resto de la familia y amigos. Si me preguntaran qué lugar de mundo siento como de mi pertenencia, indudablemente que es Cruz del Eje. Y Córdoba en general; yo soy muy cordobés, para lo bueno y para lo malo.

¿Cómo la ve a la ciudad de Córdoba?

Ha mejorado en muchos aspectos y me acordé mucho ayer cuando llegamos a Salta ayer y veíamos con mi hijo esta plaza (9 de Julio) de Salta que debe ser una de las más lindas de la Argentina, porque es muy genuina, tiene un aire muy personal, nos encantó la iluminación. Y comentábamos que en Córdoba hicieron un trabajo en este sentido muy lindo en lo que es la zona de los jesuitas, la cuidaron mucho, le dieron un aire extraordinario a la estética. Le dieron un aire extraordinario.

¿Cómo le suena a sus oídos la música de fusión?

Creo que hay música fusionable y música que no es fusionable. Imagino muy mal la música andina con el rock and roll. Hay una relación entre las músicas ancestrales que se fusionan bien, hay algo genuino que funciona muy bien; hay otras músicas que no se fusionan bien porque se desnaturalizan, pierden lo esencial de cada una; no solo no ganan sino que pierden la esencia y dejan de ser atractiva. En cambio, el tango se fusiona bien; hay tangos que fueron cantados como boleros, o viceversa; el tango fusiona bien con el blus porque tienen un trasfondo que los une que en este caso es la tremenda pena, tristeza, que transmiten. Lo que pasa es que el tango es difícil de fusionar con otras porque es una música académica, creo que de las populares es la más académica; en una orquesta de tango, el violinista debió haber estudiado. En las orquestas de tango, los músicos tocan con la partitura. Astor Pizzolla, quien fue gran amigo, tenía un nivel de autoexigencia -solo he visto en Atahualpa Yupanqui o María Elena Walsh- muy grande y todo lo escribía, no había lugar para la improvisación. entonces, ¿cómo e fusiona eso con otras cosas? Piazzolla hizo un disco muy bueno con Gerry Mulligan, pero fue Mulligan el que se tuvo que adaptar.

¿Escuchó lo que hace Pipi, el nieto de Astor Piazzolla, que acaba de ganar el Gardel de Oro?

Es muy interesante. Pipi es un músico de estudio, se formó en las mejores escuelas. Me contó una vez que en una ocasión, en una primera clase en una universidad estadounidense, el profesor pasó lista y vio el apellido, preguntó quién era Piazzolla, Pipi levantó la mano y el profesor, tras preguntar qué parentesco tenía con Astor dijo a toda la clase: “quiero decirles que este señor, compañero de clases de ustedes, es nieto de uno de los más grandes músicos del siglo XX”. Eso es muy importante porque le plantea un nivel de exigencia muy grande. Pipi no puede hacer cualquier cosa, él es muy conciente de lo que fue su abuelo.

¿Cómo evalúa la gestión del gobierno nacional en materia de política cultural?

Mal. Mal porque creo que no le dedican lo suficiente. Argentina tiene un bagaje cultural muy grande, tiene un gran semillero. Al argentino le gusta cantar, escribir, pintar; nos gusta mucho el arte como espectadores, y nos gusta practicarlo y creo que la política cultural de los últimos años no responde en la misma medida, no hay un esfuerzo para corresponder a tanto deseo. No hay un trabajo hecho a fondo, salvo contados casos no se hace una política cultura acorde a lo que el pueblo argentino necesitaría.

¿Cuál es su mirada sobre la manifestación del 8N?

Esa noche yo canté en el Gran Rex. El cacerolazo estaba repleto y el Gran Rex también. Es muy importante que la gente se manifieste, creo que es algo que se debe fomentar. Creo que en un sistema democrático es muy importante que la gente convoque por todos los medios para manifestar, protestar, pedir. Lo que está mal, es convocar para que la gente no vaya, eso es antidemocrático. El otro día se vió eso y no me gusta nada porque creo que so alimenta la confrontación, la división. Veo que la Argentina de los últimos años se ha polarizado. No entiendo...Tenemos objetivos comunes, no podemos prescindir de la identidad cultural e histórica porque querramos imponer nuestro criterio, cualquiera sea el criterio. Veo que hay una lucha fraticida que no tiene mucho sentido y no me gusta porque esas cosas nunca terminan bien”.

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