Una polémica metodología de protesta parece estar de moda en el Chaco salteño. En septiembre, la camioneta de un operario municipal que iba a reparar un puesto sanitario de piso de tierra y sin luz, fue incautada por la comunidad de Las Vertientes, pegada al límite con Formosa y separada de Paraguay por el río Pilcomayo. La llegada del empleado les había parecido poca cosa a los aborígenes, que reclamaban un centro de salud nuevo. El vehículo solo volvió a su dueño cuando la construcción del nuevo centro se puso en marcha. Ahora, a unos kilómetros de ahí, pobladores de Misión La Bolsa secuestraron durante casi dos meses un tractor del municipio, que devolvieron el último jueves, luego de que diera sus primeros pasos la instalación del tendido eléctrico que les habían prometido en las últimas elecciones.
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Una polémica metodología de protesta parece estar de moda en el Chaco salteño. En septiembre, la camioneta de un operario municipal que iba a reparar un puesto sanitario de piso de tierra y sin luz, fue incautada por la comunidad de Las Vertientes, pegada al límite con Formosa y separada de Paraguay por el río Pilcomayo. La llegada del empleado les había parecido poca cosa a los aborígenes, que reclamaban un centro de salud nuevo. El vehículo solo volvió a su dueño cuando la construcción del nuevo centro se puso en marcha. Ahora, a unos kilómetros de ahí, pobladores de Misión La Bolsa secuestraron durante casi dos meses un tractor del municipio, que devolvieron el último jueves, luego de que diera sus primeros pasos la instalación del tendido eléctrico que les habían prometido en las últimas elecciones.
El Tribuno llegó al lugar dos horas después de que se levantara el secuestro del tractor, que antes de ser devuelto estuvo acarreando horcones, postes y las ramas que están poniendo en los techos, para darle batalla a las lluvias que se vienen. El cacique de las 22 familias de Misión La Bolsa, Miguel González no ocultó su satisfacción por el desenlace final del conflicto, que empezó el 22 de septiembre, según relató. “La razón la teníamos nosotros”, dijo.
“El intendente se había comprometido en las últimas elecciones a tirar los dos kilómetros de cables para que llegue la luz desde Misión La Paz. Tomamos la decisión y hoy ,después de hacer unos trabajos que necesitábamos, entregamos el tractor intacto No decidimos desarmarlo o saquear el motor como en otros lados. Estuvo bien cuidado”, contó el cacique de la misión, a poco más de 25 kilómetros de Santa Victoria, pero a seis horas de viaje cuando las lluvias hacen del camino una trampa, ahí donde se confunden la ruta provincial 54 y la nacional 86.
Como en varias comunidades de la zona usan un motor para sacar el agua de los pozos. Pero solo está disponible cuando se consigue combustible, que en casas y almacenes se paga a 10 o 11 pesos el litro. “Existía un compromiso desde la elección. El intendente firmó un comprobante frente a cuatro testigos. Pero después nadie se apareció y ya era casi un año. Ahora estamos conformes”, agregó
“No hubo denuncia. Primero pedimos que nos manden el tractor para unos trabajos, pero se decidió que se quedaba acá. El intendente vino y acordamos que era como garantía. Acá la zona es respetuosa y como se cumplió la palabra, nosotros lo devolvimos”, explicó Miguel González.
La joven autoridad esta satisfecha, pero su comunidad tiene más necesidades y él tiene que luchar por los suyos. Según explicó, pasado un tiempo prudencial, gestionará la construcción de la escuela que funciona con 62 alumnos en un rectángulo de ladrillos y chapas que levantó la población.
“Por la radio dicen que ya no existen las escuelas rancho. Pero acá los chicos sufren el calor, la lluvia y el frío. Creo que sería bueno que para el año nos ayuden con la escuela”, concluyó González.