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Revisionismo histórico: Opinan los historiadores salteños

Sabado, 17 de noviembre de 2012 22:09

“Hicimos un pedido  más importante”

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“Hicimos un pedido  más importante”

 Rubén Correa, historiador y docente de la UNSa.

“No me parece que un debate de la historia aporte a la discusión que se lleva adelante, ya que es puramente política. La historia y la política van de la mano. Se trata de lo mismo”, dijo el historiador y docente de la UNSa, Rubén Correa. “La memoria la manejan quienes tienen el poder en sus manos, eso está aquí muy claro. No hay que tener una memoria selectiva y respetar otras opiniones sin polarizarlo. En el año 2008, presentamos un proyecto en el Concejo Deliberante de la ciudad para que le cambien el nombre a varias calles del barrio Ciudad del Milagro, porque llevan los de varios represores de la última dictadura militar. Nunca contemplaron lo que pedimos, pero ahora quieren remover al Virrey Toledo cuyo accionar data desde hace más de 500 años y es necesario situarse en ese momento histórico”, concluyó.

 “Se trata de un debate político”

Sara Mata, doctora en Historia.

“Se trata de un debate político donde el debate histórico-académico no tiene lugar."

El Virrey Toledo llegó a Salta para aprovechar el paso a Potosí. Tuvo una rol importante en la historia de la ciudad de Salta. En tanto, Juana Azurduy de Padilla fue una mujer muy importante en nuestro proceso histórico y debería tener un espacio por el sacrificio con el que se entregó a la causa. Esta discusión, en realidad, encuentra su eje en si se reivindica o no la conquista española. Ese es el asunto”.

Juana Azurduy de Padilla, nacida en el año 1780, fue una reconocida mujer por el destacable rol que jugó durante el proceso de Independencia del Virreinato del Río de la Plata. Tomó parte en una considerable cantidad de batallas y colaboró con el general Manuel Belgrano.

“Estéril debate de  los concejales” 

Armando Caro Figueroa

En Salta siempre hubo activistas políticos que disfrutaron y disfrutan descabezando ídolos, santos, o héroes. Una tarea que les pone en el apetecido lugar del que reparte honores. Ser “nombrador de calles” seduce a ciertas personas que, a falta de luces, encuentran en ello una vía fácil hacia la fama efímera.

El Virrey Toledo, a quién cupo la responsabilidad de ordenar la fundación de ciudades en lo que luego sería el norte argentino, es peor que unos y mejor que otros de los miles de personajes que alguien, alguna vez, decidió elevar a los modestos altares del callejero salteño.

El Virrey tiene remota responsabilidad en el todavía vigente modelo de dominación. Pero mal pueden reprochárselo quienes, como muchos de los concejales salteños, acampan en el poder merced a la democracia precaria y virreinal que tenemos. En vez de alimentar un debate estéril desde el punto de vista urbanístico, los señores concejales salteños harían bien en combatir la especulación inmobiliaria, crear un servicio de inspección urbana, reducir la ineficacia administrativa municipal, y poner fin a la contaminación del río Arenales. 

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