¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

18°
24 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

?Es difícil que el golpeador pueda recuperarse, necesita mucha ayuda?

Domingo, 25 de noviembre de 2012 20:31

“La violencia es un abuso de poder, donde una de las partes busca someter a la otra, en una relación enfermiza, tanto por el hombre que ejerce la violencia como por la mujer que la permite”, señaló la Lic. María Inés Lacour a El Tribuno, quien desde 1995 colabora con la Fundación Lapacho en la asistencia y prevención de la violencia en la ciudad de Salta y el interior provincial.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

“La violencia es un abuso de poder, donde una de las partes busca someter a la otra, en una relación enfermiza, tanto por el hombre que ejerce la violencia como por la mujer que la permite”, señaló la Lic. María Inés Lacour a El Tribuno, quien desde 1995 colabora con la Fundación Lapacho en la asistencia y prevención de la violencia en la ciudad de Salta y el interior provincial.

Lacour señaló que la violencia hacia la mujer siempre existió, pero que hoy, afortunadamente, se denuncia y se habla más del tema.

Destacó, asimismo, que tanto el golpeador como la víctima presentan rasgos comunes: autoestima muy baja, serios problemas afectivos y hogares constitutivos donde la violencia está naturalizada.

Ambos, destaca, son partícipes necesarios de un círculo vicioso muy difícil de romper. “El hombre busca compensar esa baja autoestima sintiéndose fuerte al controlar a la mujer. Esta, por su parte, tiene una cuota de autodestrucción, ya que convive con el peligro todos los días. Su instinto de autoconservación está alterado. Otras, en cambio, pueden terminar una relación al primer golpe porque no tienen tan arraigada esa violencia”.

La profesional destacó también que los casos de femicidios registrados en los últimos tiempos son expresión de que la violencia toma ribetes tan altos que lo único que resta es destruir al otro.

“La falta de control sobre la mujer de hoy, que ya no se queda en la casa y que es independiente económicamente, descontrola a muchos hombres violentos. No obstante, las primeras señales de que algo anda mal ya se dan en el noviazgo. Lamentablemente, muchas tienen la fantasía de que las cosas van a cambiar y terminan atrapadas en el círculo”, afirmó Lacour.

Agregó que hoy la mujer es, además, víctima de otra violencia: la institucional. “Muchas no son escuchadas por la Justicia, cuya demora en actuar puede significar, en muchos casos, la diferencia entre la vida y la muerte. El problema excede lo familiar, es ya un problema social”.

La profesional aseveró que la prevención y la concientización son piezas clave. “La violencia se aprende en el hogar. En la Fundación Lapacho se trabaja con dos ejes de intervención: la asistencia interdisciplinaria a la víctima y las charlas de autoestima, que es la base para construir relaciones sanas. Ello permite adelantarse a los hechos, en especial al trabajar con niños y jóvenes. Se busca hacerles ver que no tienen que hacer las mismas cosas que sus padres”.

Consultada sobre si un golpeador puede recuperarse, Lacour señaló: “No es imposible, pero es muy difícil. Requiere de mucha terapia profesional y un gran deseo de la persona para cambiar estructuras tan arraigadas”.

La profesional señaló también que el hombre golpeador -salvo en aquellos casos patológicos en los que la persona no distingue lo que está bien de lo que está mal- sabe lo que está haciendo y no lo disfruta. “No es feliz con lo que hace. Se arrepiente muchas veces, pero a veces la violencia está tan arraigada que es muy difícil el cambio. Lo mismo ocurre con la mujer, quien debe entender que ser parte de una relación violenta es no quererse ella misma”.

Temas de la nota

PUBLICIDAD