Un grupo de vecinos de Orán, indignados por la comercialización ilimitada de drogas en la zona, intentó quemar una vivienda que funciona, según señalan, como boca de expendio de sustancias ilegales.
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Un grupo de vecinos de Orán, indignados por la comercialización ilimitada de drogas en la zona, intentó quemar una vivienda que funciona, según señalan, como boca de expendio de sustancias ilegales.
El hecho se produjo el domingo a las 19, frente a una casa ubicada en calle Los Andes de barrio Estación, donde unas 30 personas quisieron entrar por la fuerza al inmueble y prenderle fuego.
Alertados por los incidentes, efectivos policiales se hicieron presentes en el lugar y evitaron que los vecinos llevaran a cabo su objetivo.
No obstante, se vivió un momento de gran tensión cuando de la propiedad en cuestión salió una mujer con un cuchillo e hirió a una de las manifestantes.
La lesionada fue trasladada al Hospital San Vicente de Paul, donde le diagnosticaron herida de arma blanca en el estómago.
La mujer ya se encuentra fuera de peligro, en tanto que la agresora se dio a la fuga.
Por su parte, personal policial y de la División Drogas Peligrosas de Orán realizaron una requisa en el domicilio y según se informó, no se halló en el inmueble ninguna sustancia prohibida en ese operativo.
Inseguridad constante
Semanas atrás los vecinos, cansados de la inseguridad, habían informado a las autoridades policiales sobre la venta de drogas en la zona.
Ante la falta de respuestas, decidieron tomar cartas en el asunto.
“Nuestros hijos mueren por el consumo del paco y nadie hace nada. Esta es una reacción desesperada ante la falta de seguridad. Si la Justicia no se hace cargo, los vecinos lo haremos porque estamos indignados”, señaló una vecina de barrio Pedrana.
Una zona liberada
Los incidentes entre los vecinos de las barriadas Estación y Pedraza no son nuevos.
El 15 de octubre y el 21 de noviembre pasados los vecinos del barrio Pedrana vivieron dos jornadas de terror cuando más de 100 patoteros del barrio Estación comenzaron a destrozar ventanas y todos los automóviles de la playa de estacionamiento del complejo de edificios.
Los agresores eran en su mayoría adolescentes, quienes portaban armas de fuego, piedras y palos.
Los vecinos, desesperados, debieron correr para ponerlos a resguardo mientras recibían una lluvia de piedras. Los residentes de ambos barrios piden a las autoridades que intervengan de manera urgente para frenar esta escalada de violencia.