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Ganadores y perdedores del ?cepo?

Sabado, 03 de noviembre de 2012 23:11

En la economía siempre hay ganadores y perdedores, algunos logran más y otros menos. Durante la vigencia de la Convertibilidad, las empresas de servicios públicos (energía eléctrica, gas y telecomunicaciones) constituyeron los sectores más beneficiados. Desde la devaluación, en cambio, pasaron a ser las más perjudicadas. Por oposición, las firmas con perfil exportador u orientadas a la sustitución de importaciones se transformaron en las nuevas bendecidas por la coyuntura. Sin embargo, la victoria de estas últimas fue pasajera, porque en este período con el freno de las exportaciones, volvieron a caer en desgracia. Más allá de los sectores mencionados, hay otros que ganan por nocaut, algunos empatan y otros pierden por abandono.

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En la economía siempre hay ganadores y perdedores, algunos logran más y otros menos. Durante la vigencia de la Convertibilidad, las empresas de servicios públicos (energía eléctrica, gas y telecomunicaciones) constituyeron los sectores más beneficiados. Desde la devaluación, en cambio, pasaron a ser las más perjudicadas. Por oposición, las firmas con perfil exportador u orientadas a la sustitución de importaciones se transformaron en las nuevas bendecidas por la coyuntura. Sin embargo, la victoria de estas últimas fue pasajera, porque en este período con el freno de las exportaciones, volvieron a caer en desgracia. Más allá de los sectores mencionados, hay otros que ganan por nocaut, algunos empatan y otros pierden por abandono.

Entre los primeros se destaca el Gobierno, que pudo frenar la fuga de divisas, que el año 2011, superó los US$ 20.000 millones, casi un tercio del PBI y que se frenó en el primer semestre de 2012, cuando no llegó a los US$ 7.000 millones. Otro punto para el gobierno consistió en que en un mercado restringido es el único comprador a precio oficial, teniendo en cuenta que se fueron limitando todas las operaciones. El BCRA compra y aumenta las reservas, pero controlando que la cotización del dólar no se traslade a los precios, que generaría más inflación.

Otro jugador importante: los bancos alternaron entre las perdidas de casi US$ 7.000 millones, desde la implementación del cepo cambiario que se fueron de los plazos fijos en dólares y las ganancias de un primer semestre de más de US$ 1.300 millones, que capitalizaron los cinco principales entidades financieras del sistema. “En términos interanuales, la mayoría de las entidades exhibe fuerte subas en sus beneficios gracias a los créditos que otorgan para el consumo”, señaló Agustín Trella, operador de la sociedad de Bolsa Puente. Al día de hoy siguen con liquidez, pero más cautelosos que nunca.

Finalmente, los trabajadores contribuyen pagando precios más altos por los mismos bienes y/o servicios que un consumidor de una economía vecina. Aunque esta situación es en gran medida compensada por las tarifas subsidiadas de servicios que son las que han venido funcionado como ancla de la tasa de inflación, algo que tampoco puede funcionar para siempre.

El economista Dante Sica distingue entre dos modelos dentro del ciclo kirchnerista. El primero fue el del dólar alto, que se extendió hasta 2008 y benefició a las exportaciones, y el actual es el del dólar barato, que favorece el consumo interno.

 La clave está en el Comercio Exterior

Al armar la lista de los ganadores, los exportadores de bienes con valor agregado ocupan los primeros puestos. Algo similar ocurre con los exportadores de cereales y del complejo oleaginoso, que se ven beneficiados por la suba internacional de estos commodities.

“Los que se ven muy perjudicados son los que no pueden traspasar a precios su suba de costos. Todavía pueden zafar los agropecuarios, porque los precios internacionales están subiendo y esto les da el aire que no les da el tipo de cambio”, señala Camilo Tiscornia, de la consultora C&T.

Del lado de los ganadores del modelo, Tiscornia también ubica a los importadores que pueden acceder al dólar oficial, “aunque en general están muy restringidos para poder operar”. Sin embargo, todavía consiguen abastecerse a los valores oficiales, y eso explica que la brecha entre el oficial y el paralelo no se haya trasladado a precios. “Eso se ve en el precio de los autos que no se han encarecido como lo hubieran hecho si el dólar oficial se fuera a $ 6,5”, ejemplificó.

Por su parte, Ricardo Delgado, de la consultora Analytica, asegura que “Esta, como todas la economías en desarrollo, necesita un tipo de cambio alto y estable. Está comprobado que eso le da a los países un mayor potencial de crecimiento. Por eso los que producen bienes para exportar salen perdiendo”.

De este modo, al mantener el atraso cambiario, la divisa sigue actuando como ancla inflacionaria. “Lo que estamos viviendo es una devaluación sin traslado a precios, porque el acceso al dólar para la industria sigue existiendo”, remarcó Marina Dal Poggetto, del Estudio Bein. 
 

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