La neumonía causa la muerte de un niño cada 20 segundos en algún lugar del mundo, y según estima la Organización Mundial de la Salud (OMS), anualmente esta enfermedad se cobra la vida de 1,4 millones de chicos menores de cinco años, pese a que se puede prevenir.
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La neumonía causa la muerte de un niño cada 20 segundos en algún lugar del mundo, y según estima la Organización Mundial de la Salud (OMS), anualmente esta enfermedad se cobra la vida de 1,4 millones de chicos menores de cinco años, pese a que se puede prevenir.
A estas muertes, se suman los registrados en la población de adultos mayores, cifra que asciende al 10 por ciento de los infectados.
A pesar de lo riesgosa que puede ser la neumonía, el especialista Daniel Stamboulian, presidente de la Fundación Centro de Estudios Infectológicos (FUNCEI), aseguró: ‘Es posible luchar contra esta infección. Más de un millón de vidas pueden salvarse cada año gracias a las vacunas y los antibióticos apropiados‘.
Para concentrar la atención sobre este problema de salud pública, el lunes próximo, 12 de noviembre, se conmemorará el Día Mundial de la neumonía 2012.
En adhesión a esta jornada, Fighting Infectious Diseases in Emerging Countries (FIDEC, por sus siglas en inglés) y FUNCEI, organizaciones sin fines de lucro presididas por Stamboulian, llevan a adelante una campaña de concientización destinada a los profesionales de la salud y la comunidad en general, para informar sobre los riesgos y consecuencias de la enfermedad y las estrategias más efectivas para evitarla.
‘La neumonía es una infección pulmonar que puede causar una enfermedad leve o grave en personas de todas las edades, aunque existen ciertos grupos de individuos que tienen mayor probabilidad de contraerla‘, señaló la doctora Hebe Vázquez, médica infectóloga de FIDEC y FUNCEI.
Entre ellos, se encuentran los niños menores de cinco años, los adultos de 65 o mayores, y las personas con ciertos factores de riesgo, como alcoholismo, tabaquismo, malnutrición o desnutrición, diabetes y otras enfermedades crónicas respiratorias, cardíacas, hepáticas o renales.
También se ven más expuestos a contraerla quienes tienen disminuidas sus defensas debido a ciertas patologías o al uso de medicamentos, aquellos que siguieron tratamientos con corticoides sin control adecuado o con antibióticos de amplio espectro por más de siete días, y el personal que trabaja en geriátricos u otras instituciones de salud.
La bacteria Streptococcus pneumoniae (neumococo) y los virus de influenza o gripe, parainfluenza y respiratorio sincicial son los gérmenes que con más frecuencia causan la enfermedad.
Actualmente existen en la Argentina varias vacunas para prevenir la neumonía causada por el neumococo: ‘Son seguras y efectivas, están recomendadas para ciertos grupos de niños y adultos, y pueden aplicarse en cualquier momento del año‘, subrayó Vázquez.
La vacuna antineumocócica conjugada PCV13 se incorporó al Calendario Nacional de Vacunación y la reciben en forma gratuita los niños de hasta dos años y los chicos de entre 24 y 59 meses que presentan factores de riesgo.
Se indicó que también pueden recibirla los adultos a partir de los 50 años, pero sólo en el ámbito privado.
Por otra parte, la vacuna polisacárida PPSV23 está aprobada para su uso a partir de los dos años de vida en los grupos de riesgo; se aplica sin costo en el sector público a los mayores de cinco años que presentan patologías que predisponen a la neumonía -como diabetes, enfermedad pulmonar crónica y afecciones cardiovasculares, y a todos los adultos mayores de 64.
Según los expertos, ambas vacunas pueden administrarse en forma combinada, sólo bajo indicación médica.
La vacuna antigripal también es importante para prevenir la neumonía: puede aplicarse en simultáneo con alguna de las vacunas antineumocócicas, pero en distinto brazo.
Otra medida efectiva es la inmunización contra la tos convulsa, dentro de la prevención de las infecciones respiratorias.