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Le robaron US$ 1.000.000 y $1.000.000 a un finquero

Jueves, 13 de diciembre de 2012 20:15

 Un grupo de tres delincuentes armados con sendos palos de no más de un metro de largo, asaltaron en la madrugada de ayer el domicilio del exintendente y productor de Colonia Santa Rosa, Oscar Felipe Sánchez, quien dormía junto a su esposa, Angelita Agripina Aflitto, y luego de propinarles una sucesión de golpes, especialmente a la mujer, les robaron US$ 1.000.000 y $1.000.000, que guardaban en una oficina que poseen en un pequeño inmueble ubicado al lado de la casa.
Las dos víctimas tienen 74 años. Sánchez fue jefe comunal de la localidad, situada 270 kilómetros al norte de la capital, en la década del ‘50, en el siglo pasado.
Los delincuentes ingresaron a la vivienda con una linterna y jamás encendieron las luces.
Los dos ancianos fueron sorprendidos en el dormitorio, cuando estaban entregados al sueño.
Los invasores los ataron de inmediato de pies y manos con precintos de plástico y les colocaron cintas de embalar en la boca para evitar que griten.
Cuando los tenían dominados, comenzaron a golpearlos con los elementos contundentes que llevaban, similares a las macanas policiales.
Fue tal la cantidad de golpes que les dieron que ambos quedaron con marcas en todo el cuerpo, especialmente Angelita Agripina, quien es muy menuda y de contextura delgada.
“Dónde está la plata, dónde está la plata”, repetían una y otras vez los sujetos, a las vez que proferían insultos irreproducibles a la pareja.
Para evitar que continuasen el castigo, la mujer les hizo señas a los hombres que hablaría y los condujo hasta las oficinas. Extrajo de un tirante un llavero y abrió dos pequeñas cajas fuertes que se hallaban bajo una repisa. De allí los ladrones extrajeron US$ 1.000.000 de una y $1.000.000, de la otra; luego regresaron a la vivienda, situada en calle Jujuy al 300, de Colonia Santa Rosa, empujaron a la mujer en el interior del dormitorio y huyeron.
La odisea de la familia Sánchez-Aflitto comenzó a las 3.30 y concluyó poco antes de las 5.
La señora logró deshacerse de las ligaduras en sus piernas y corrió hasta la casa vecina, donde reside su cuñado, Tito Sánchez, a quien le dio aviso de lo sucedido. Inmediatamente su cuñado concurrió hasta el lugar de los hechos y liberó a su hermano de las ataduras, aunque este quedó con serias lesiones en sus muñecas, a raíz de la excesiva presión con la que fue atado.
Tras ello llamaron a la comisaría local, cuyos efectivos se hicieron presentes en el escenario del asalto.
Angelita contó a los uniformados que dos de los tres sujetos que ingresaron a su propiedad tenían características especiales y que ambos eran jóvenes, a juzgar por su voz y movimientos, ya que siempre se desplazaron en medio de la oscuridad, auxiliados solo por una pequeña linterna. Dijo que uno era delgado, en tanto que otro era gordo y tenía un tatuaje en su brazo izquierdo.
También indicó que los tres tenían tonada local.
En el hecho intervino personal de la Brigada de Investigaciones 2, personal de la dependencia de la ciudad y peritos del grupo técnico de Criminalística, quienes levantaron huellas y documentaron fotográficamente los lugares por donde circularon los delincuentes y sus víctimas.
Los datos proporcionados por la dueña de casa fueron considerados de suma utilidad por los detectives encargados de la pesquisa central, quienes consideran que cuentan con pistas ciertas.

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 Un grupo de tres delincuentes armados con sendos palos de no más de un metro de largo, asaltaron en la madrugada de ayer el domicilio del exintendente y productor de Colonia Santa Rosa, Oscar Felipe Sánchez, quien dormía junto a su esposa, Angelita Agripina Aflitto, y luego de propinarles una sucesión de golpes, especialmente a la mujer, les robaron US$ 1.000.000 y $1.000.000, que guardaban en una oficina que poseen en un pequeño inmueble ubicado al lado de la casa.
Las dos víctimas tienen 74 años. Sánchez fue jefe comunal de la localidad, situada 270 kilómetros al norte de la capital, en la década del ‘50, en el siglo pasado.
Los delincuentes ingresaron a la vivienda con una linterna y jamás encendieron las luces.
Los dos ancianos fueron sorprendidos en el dormitorio, cuando estaban entregados al sueño.
Los invasores los ataron de inmediato de pies y manos con precintos de plástico y les colocaron cintas de embalar en la boca para evitar que griten.
Cuando los tenían dominados, comenzaron a golpearlos con los elementos contundentes que llevaban, similares a las macanas policiales.
Fue tal la cantidad de golpes que les dieron que ambos quedaron con marcas en todo el cuerpo, especialmente Angelita Agripina, quien es muy menuda y de contextura delgada.
“Dónde está la plata, dónde está la plata”, repetían una y otras vez los sujetos, a las vez que proferían insultos irreproducibles a la pareja.
Para evitar que continuasen el castigo, la mujer les hizo señas a los hombres que hablaría y los condujo hasta las oficinas. Extrajo de un tirante un llavero y abrió dos pequeñas cajas fuertes que se hallaban bajo una repisa. De allí los ladrones extrajeron US$ 1.000.000 de una y $1.000.000, de la otra; luego regresaron a la vivienda, situada en calle Jujuy al 300, de Colonia Santa Rosa, empujaron a la mujer en el interior del dormitorio y huyeron.
La odisea de la familia Sánchez-Aflitto comenzó a las 3.30 y concluyó poco antes de las 5.
La señora logró deshacerse de las ligaduras en sus piernas y corrió hasta la casa vecina, donde reside su cuñado, Tito Sánchez, a quien le dio aviso de lo sucedido. Inmediatamente su cuñado concurrió hasta el lugar de los hechos y liberó a su hermano de las ataduras, aunque este quedó con serias lesiones en sus muñecas, a raíz de la excesiva presión con la que fue atado.
Tras ello llamaron a la comisaría local, cuyos efectivos se hicieron presentes en el escenario del asalto.
Angelita contó a los uniformados que dos de los tres sujetos que ingresaron a su propiedad tenían características especiales y que ambos eran jóvenes, a juzgar por su voz y movimientos, ya que siempre se desplazaron en medio de la oscuridad, auxiliados solo por una pequeña linterna. Dijo que uno era delgado, en tanto que otro era gordo y tenía un tatuaje en su brazo izquierdo.
También indicó que los tres tenían tonada local.
En el hecho intervino personal de la Brigada de Investigaciones 2, personal de la dependencia de la ciudad y peritos del grupo técnico de Criminalística, quienes levantaron huellas y documentaron fotográficamente los lugares por donde circularon los delincuentes y sus víctimas.
Los datos proporcionados por la dueña de casa fueron considerados de suma utilidad por los detectives encargados de la pesquisa central, quienes consideran que cuentan con pistas ciertas.

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