Los sectores opositores al Gobierno argentino dentro de las dos centrales obreras del país aseguraron hoy que la marcha de protesta convocada para este miércoles en Buenos Aires será ‘multitudinaria‘.
La convocatoria fue lanzada a principios de este mes por Hugo Moyano, líder del ala de la Confederación General del Trabajo (CGT) enfrentada al Gobierno de la presidenta Cristina Fernández, y por Pablo Micheli, quien conduce el sector no oficialista de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA).
Moyano afirmó hoy que la marcha a la Plaza de Mayo, frente a la sede del Ejecutivo argentino, que se hará tras la huelga realizada por estos mismos sindicatos el pasado 20 de noviembre, contará con ‘el apoyo de muchos sectores de la sociedad que expresaron su intención de participar‘.
De hecho, además de los sindicatos que responden a Moyano y Micheli, también anunciaron que se adhieren a la protesta sectores rurales y la Unión Cívica Radical (UCR), principal fuerza de oposición en Argentina.
‘Será un acto en paz, con alegría, pero con firmeza en nuestros reclamos; será una movilización sin paro, no habrá medidas que afecten los servicios‘, aseguró Moyano en declaraciones a los periodistas.
Para el dirigente sindical, los reclamos expresados por los sindicatos en la huelga del pasado 20 de noviembre siguen vigentes pues, aseguró, no han sido escuchados por el Ejecutivo.
Aquella medida de fuerza tuvo como eje varios reclamos, pero uno de los principales era el de exigir al Gobierno que aumentara el mínimo salarial a partir del cual aplica el impuesto a las ganancias sobre los ingresos de los trabajadores.
Los sindicatos aliados a Moyano y Micheli también reclaman un ‘aumento de emergencia‘ para los jubilados, cuyo ingreso mínimo es de 1.880 pesos mensuales, y elevar el salario mínimo a 5.000 pesos.
Asimismo, exigen que el Estado gire a las obras sociales manejadas por los sindicatos cerca de 20.000 millones de pesos (unos 4.089 millones de dólares) retenidos a los trabajadores de sus salarios para gastos de salud.
‘No hay respuesta a los reclamos‘, insistió hoy Moyano, un antiguo aliado del Gobierno de Fernández y quien en junio pasado ya había convocado a una huelga nacional y una masiva movilización en Plaza de Mayo.
Las protestas sindicales tienen como telón de fondo el clima social de crecientes reclamos al Gobierno de Fernández, que se cristalizó en las protestas del pasado 8 de noviembre, que movilizaron a cientos de miles de personas en todo el país.
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Los sectores opositores al Gobierno argentino dentro de las dos centrales obreras del país aseguraron hoy que la marcha de protesta convocada para este miércoles en Buenos Aires será ‘multitudinaria‘.
La convocatoria fue lanzada a principios de este mes por Hugo Moyano, líder del ala de la Confederación General del Trabajo (CGT) enfrentada al Gobierno de la presidenta Cristina Fernández, y por Pablo Micheli, quien conduce el sector no oficialista de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA).
Moyano afirmó hoy que la marcha a la Plaza de Mayo, frente a la sede del Ejecutivo argentino, que se hará tras la huelga realizada por estos mismos sindicatos el pasado 20 de noviembre, contará con ‘el apoyo de muchos sectores de la sociedad que expresaron su intención de participar‘.
De hecho, además de los sindicatos que responden a Moyano y Micheli, también anunciaron que se adhieren a la protesta sectores rurales y la Unión Cívica Radical (UCR), principal fuerza de oposición en Argentina.
‘Será un acto en paz, con alegría, pero con firmeza en nuestros reclamos; será una movilización sin paro, no habrá medidas que afecten los servicios‘, aseguró Moyano en declaraciones a los periodistas.
Para el dirigente sindical, los reclamos expresados por los sindicatos en la huelga del pasado 20 de noviembre siguen vigentes pues, aseguró, no han sido escuchados por el Ejecutivo.
Aquella medida de fuerza tuvo como eje varios reclamos, pero uno de los principales era el de exigir al Gobierno que aumentara el mínimo salarial a partir del cual aplica el impuesto a las ganancias sobre los ingresos de los trabajadores.
Los sindicatos aliados a Moyano y Micheli también reclaman un ‘aumento de emergencia‘ para los jubilados, cuyo ingreso mínimo es de 1.880 pesos mensuales, y elevar el salario mínimo a 5.000 pesos.
Asimismo, exigen que el Estado gire a las obras sociales manejadas por los sindicatos cerca de 20.000 millones de pesos (unos 4.089 millones de dólares) retenidos a los trabajadores de sus salarios para gastos de salud.
‘No hay respuesta a los reclamos‘, insistió hoy Moyano, un antiguo aliado del Gobierno de Fernández y quien en junio pasado ya había convocado a una huelga nacional y una masiva movilización en Plaza de Mayo.
Las protestas sindicales tienen como telón de fondo el clima social de crecientes reclamos al Gobierno de Fernández, que se cristalizó en las protestas del pasado 8 de noviembre, que movilizaron a cientos de miles de personas en todo el país.