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Un padre pide justicia por la muerte de su hijo

Viernes, 21 de diciembre de 2012 15:40
El 15 de enero se cumplirán cinco años de la muerte de Emanuel. Tenía 13 y había ido con su papá al médico por una molestia en el pie.

Otro grito por justicia. Alfredo Elizondo Olivera implora que la muerte de su hijo Emanuel por supuesta mala praxis no quede impune. Hay siete médicos acusados, cuatro de la Clínica del Niño y tres del Hospital de Niños. Sin embargo, ya pasaron cuatro años y la causa, tanto en el fuero comercial como penal, sigue estancada y con riesgo a prescribir.

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El 15 de enero se cumplirán cinco años de la muerte de Emanuel. Tenía 13 y había ido con su papá al médico por una molestia en el pie.

Otro grito por justicia. Alfredo Elizondo Olivera implora que la muerte de su hijo Emanuel por supuesta mala praxis no quede impune. Hay siete médicos acusados, cuatro de la Clínica del Niño y tres del Hospital de Niños. Sin embargo, ya pasaron cuatro años y la causa, tanto en el fuero comercial como penal, sigue estancada y con riesgo a prescribir.

Emanuel Olivera murió el 15 de enero de 2008, a los 13 años, en el Hospital de Niños, producto de una sepsis grave (infección generalizada), pero la tragedia se desencadenó dos días antes cuando su padre lo llevó a la guardia de la Clínica del Niño por una molestia en el talón derecho.

Entre el domingo 13 y lunes 14 de enero lo atendieron cuatro médicos. El tercero recién lo internó, pero no pidió estudios; solo indicó suero. Los otros dos le recetaron calmantes sin revisarlo. El cuarto profesional es el que advirtió que el chico estaba cada vez más molesto y decidió trasladarlo la noche del lunes en su auto particular hasta el Hospital de Niños, donde lo dejó en la terapia intensiva.

La médica terapista que los recibió advirtió que Emanuel tenía la pierna derecha morada casi negra. “Su hijo está muy grave; contrajo un virus interhospitalario en la clínica y ellos (por los médicos) se dejaron estar”, recordó Olivera que le dijo la doctora. Solo fue cuestión de horas.

Exceso de confianza

La bronca e impotencia de Olivera es tremenda. Aunque nada le va a devolver a su hijo, el padre lucha por justicia. La causa se tramita en el Juzgado Civil y Comercial de Novena Nominación y en el de Instrucción Formal de Sexta Nominación de Salta. “El tiempo pasa y ahora el expediente en lo civil y comercial está por prescribir. Es lo que ellos quieren”, señaló el hombre quebrado por el dolor del recuerdo y la decepción.

Sucede que una persona que trabaja en Tribunales le advirtió a Alfredo Olivera sobre la falta de gestión de su abogada. “Por confianza dejé todo en manos de una abogada y no me di cuenta de su verdadera intención”, señaló el padre.

Siguió: “Esto y una serie de actitudes me llevaron a la conclusión de que al parecer la abogada hizo su propio negocio con los médicos acusados”.

Peor aún, en los pasillos del Colegio de Abogados encontró a un profesional conocido que a simple vista del expediente se sinceró y le dijo: “Mirá Olivera, a quién querés ganarle vos. Esto es una corporación, estos son dueños de todo (por los médicos implicados), tienen plata así que ni te molestes. Si tu abogada no lo hizo en su tiempo, menos ahora”.

El jubilado ahora corre el riesgo de que le embarguen el sueldo por honorarios a los letrados.

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