El título de esta nota define, de alguna manera, el resultado de la 18§ Conferencia Anual de la Unión Industrial Argentina, cuyo título fue: “Integración y Desarrollo o el riesgo de reprimarización”. La cita fue presidida por el salteño José Urtubey, directivo de la Unión Industrial de Salta.
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El título de esta nota define, de alguna manera, el resultado de la 18§ Conferencia Anual de la Unión Industrial Argentina, cuyo título fue: “Integración y Desarrollo o el riesgo de reprimarización”. La cita fue presidida por el salteño José Urtubey, directivo de la Unión Industrial de Salta.
El gobernador Daniel Scioli definió la reunión como “histórica”, porque contó con la presencia de la Presidenta y de su par de Brasil, Dilma Rousseff, que vino acompañada con influyentes miembros de su gabinete y una cantidad más que importante de empresarios de ese país. El objetivo fue seguir hablando de integración en el largo plazo, deduciendo que por las características del encuentro -que podríamos definir como el más importante de este año- no solo fue económico sino también político.
Brasil ha demostrado una vez más el deseo de mantener fuerte la región en un contexto internacional complicado. En esta conferencia alertó de dos temas estratégicos que marcarán nuestra economía a partir de ahora. El primero es que en el mundo entienden que somos productores de recursos naturales -lo cual no es malo-, pero debemos definir qué valor agregado debemos incorporar a nuestra producción para lograr el grado de inclusión social que pretendemos.
El segundo es que, al definir a qué productos le daremos valor agregado, debemos analizar que actualmente existe una sobreproducción manufacturera en China y varios países de Asia, que puede llegar a complicar nuestra futura producción.
Como insertarse en el mundo
Entre las ideas surgidas de este encuentro figura la aportada por Diego Coatz, economista jefe de la Unión Industrial Argentina, y que consiste en generar cadenas de valor en un mundo abierto -especialmente en Latinoamérica-, por entender que ningún país debe cerrarse al mundo, y debe analizar el contexto para buscar la mejor manera de insertarse.
Para que estos países puedan integrarse, es necesario atender los siguientes factores:
a) potenciar el comercio interregional,
b) buscar un comercio equilibrado en donde los países más fuertes estimulen una especialización productiva que sea beneficiosa para el conjunto, y
c) buscar la forma de negociar con las compañías trasnacionales.
Argentina y Brasil, al tener perfiles productivos muy diversos, se deben unir para buscar cómo se puede agregar más valor a su producción y, al negociar en forma conjunta con las compañías nacionales, los inversores internacionales y las empresas trasnacionales, los resultados serían mejores.
La amenaza de China
Es importante destacar que en esta conferencia de lo que más se habló fue de las economías de Argentina y Brasil, pero se opinó que el ingreso de China al Cono Sur le reportó muchos beneficios a la región.
Los industriales -y también varios economistas- no ocultan su preocupación cuando analizan los riesgos que implica atar nuestra producción a cinco productos básicos que exportamos a China: petróleo, cobre, mineral de hierro, soja y pulpa de papel. Es que, en cambio, nosotros importamos gran cantidad cada vez más diversificada de manufacturas.
Aldo Ferrer, actual embajador argentino en Francia, opinó en esta reunión que “hay que dejar de pensar en las ventajas comparativas como estáticas y verlas como dinámicas”, analizando las consecuencias en el mediano y largo plazo de este comercio. Concluyó afirmando en su alocución que, “en cierto sentido, China se está comportando como la Inglaterra del siglo XIX”.
La Cepal estuvo presente
El economista Mario Címoli, director de Desarrollo Productivo y Empresarial de la CEPAL, fue también panelista de este encuentro y en su exposición explicó sobre la necesidad de implementar políticas industriales activas para la diversificación productiva.
Lo interesante de este economista es que se refirió a un documento presentado el pasado mes de junio por la CEPAL llamado “Cambio estructural para la igualdad: una visión integrada del desarrollo”. En él se hace referencia a la importancia de un cambio estructural para que haya mas diversificación y, a la vez, mayor inclusión social e igualdad.
Címoli advierte que las políticas industriales de largo plazo, por sí solas, no sirven para lograr el cambio estructural. También es necesario que la macroeconomía -como el tipo de cambio o la tasa de interés- acompañen a este proceso.
Este documento afirma que a muchos países no es que les va bien porque hicieron un esfuerzo, sino porque tienen la suerte de tener productos que se venden a muy buenos precios. Y agregó contundente: “sacarse la lotería en el comercio internacional no es sinónimo de desarrollo económico”.
En otra parte de su alocución dijo que un país no puede expandir su producción y el empleo con países centrales en crisis o recesión; y un país como China que solo demanda materias primas, no puede basarse solo en el mercado interno. “Si tenés un mercado interno fuerte, van a querer venderle los europeos, los estadounidenses y los chinos. Para ello, es necesario crear una competitividad auténtica, para no generar desempleo en el mediano y largo plazo”.
Lo más importante de esta conferencia, a mi entender, fue que se ratificó la voluntad política de avanzar en la integración económica que buscarán sea más profunda de lo que es actualmente. Para ello, desde los gobiernos se debe trabajar en planes de largo plazo con metas macroeconómicas que alienten los emprendimientos que generen valor agregado a nuestra producción y que cumplan dos requisitos:
a) que sean competitivos en la economía global y
b) que la inclusión social sea el objetivo de los mismos.
“Que Argentina sea para Brasil lo que Canadá es para los Estados Unidos” es el deseo de muchos directivos de la Unión Industrial en esta construcción. La 18º Conferencia Anual fue un paso más.