Los cuerpos sin vida de una mujer y sus dos hijos fueron encontrados hoy por la policía entrerriana en una vivienda de la zona rural de Colonia Caraballo, en la localidad entrerriana de Villa Elisa, y los investigadores analizan la hipótesis de un ‘pacto suicida‘ entre las víctimas.
Los cadáveres presentaban heridas de bala y un avanzado estado de descomposición, informaron fuentes policiales del departamento de Colón.
Un vecino llegó al lugar para visitar a la familia y sintió un fuerte olor, por lo que decidió llamar a la policía.
En el inmueble no se encontraron rastros de violencia que reflejaran la intervención de otras personas, lo que para los agentes de la fuerza de seguridad fortalecería la hipótesis de un ‘pacto suicida‘.
Los cuerpos de las víctimas estaban en distintos ambientes de la casa: la madre, de 85 años, en la cama de su dormitorio; la hija, de 56 años, en otra habitación, y el hijo varón, de 54 años, tendido en el living junto a una carabina calibre 22 milímetros que habría sido el arma utilizada.
Las muertes, según las primeras pericias, datarían de aproximadamente una semana.
Los vecinos de la familia dijeron que las víctimas ‘no se daban mucho con los vecinos‘.
Además, especularon que el hombre sufría de depresión y habría advertido que si su madre moría, él y su hermana se quitarían la vida.
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Los cuerpos sin vida de una mujer y sus dos hijos fueron encontrados hoy por la policía entrerriana en una vivienda de la zona rural de Colonia Caraballo, en la localidad entrerriana de Villa Elisa, y los investigadores analizan la hipótesis de un ‘pacto suicida‘ entre las víctimas.
Los cadáveres presentaban heridas de bala y un avanzado estado de descomposición, informaron fuentes policiales del departamento de Colón.
Un vecino llegó al lugar para visitar a la familia y sintió un fuerte olor, por lo que decidió llamar a la policía.
En el inmueble no se encontraron rastros de violencia que reflejaran la intervención de otras personas, lo que para los agentes de la fuerza de seguridad fortalecería la hipótesis de un ‘pacto suicida‘.
Los cuerpos de las víctimas estaban en distintos ambientes de la casa: la madre, de 85 años, en la cama de su dormitorio; la hija, de 56 años, en otra habitación, y el hijo varón, de 54 años, tendido en el living junto a una carabina calibre 22 milímetros que habría sido el arma utilizada.
Las muertes, según las primeras pericias, datarían de aproximadamente una semana.
Los vecinos de la familia dijeron que las víctimas ‘no se daban mucho con los vecinos‘.
Además, especularon que el hombre sufría de depresión y habría advertido que si su madre moría, él y su hermana se quitarían la vida.