Salta es un actor fundamental en la problemática del narcotráfico en la Argentina. Las fuerzas nacionales, principalmente Gendarmería Nacional, tienen que custodiar la puerta más importante de ingreso de la cocaína al país. Por otro lado, la Policía de la Provincia tiene que contrarrestar el incipiente mercado local de estupefacientes, sobre todo de pasta base. Es que en el medio de esta lucha de dos frentes, la región dejó de ser “zona de paso” y desarrolló un efectivo circuito de bocas de expendio para satisfacer la demanda interna. Sin embargo, la mayoría de la droga que entra por Salta es para exportar a Europa y al norte de Africa, vía Buenos Aires o Rosario.
Tal vez todo eso no resulte novedoso, pero ahora es información oficial, según se desprende del Primer Estudio de Diagnóstico sobre Narcotráfico en la Provincia, elaborado por la Agencia Antidrogas y el Sedronar (Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico).
“El problema del narcotráfico no lo puede resolver solamente la Provincia con su policía. Para tener éxito hay que coordinar acciones desde lo social y lo cultural, porque confluyen muchos factores”, expresó la semana pasada el secretario de Seguridad de la provincia Eduardo Sylvester, que además es el principal responsable de la investigación, donde se analizaron más de 300 expedientes con sentencias condenatorias por narcotráfico por hechos ocurridos en Salta.
“La primera resolución que firmé fue la restructuración de la División de Drogas Peligrosas, porque para nosotros, la lucha contra el narcotráfico es un eje fundamental. No solo se hizo una nueva estructura, sino que se triplicó el personal. Se pasó de 120 efectivos para toda la provincia a 400”, dijo Sylvester.
“Del estudio es posible extraer diversas y numerosas conclusiones. Quizás la más importante sea la distinción existente entre dos fenómenos. Por un lado, la modalidad de macro-tráfico, que consiste en el transporte de grandes cantidades de drogas, generalmente en zona de frontera. Por otro lado, el micro-tráfico, entendido como la venta al menudeo de drogas de baja calidad que se efectúa en los barrios y villas de las ciudades salteñas”, revela la resolución de Sylvester.
La mayor parte de la droga está de paso por Salta. Su destino es de exportación, principalmente la cocaína de máxima pureza. “La droga que va para el sur está arriba del 70% de pureza y la que viene a Salta tiene un 40%, aproximadamente”, destaca una fuente en el informe. También se alerta que ingresa más marihuana desde Paraguay, atravesando el chaco salteño.
La mayoría de las sentencias judiciales en Salta, el 45%, es por “pasta base” o paco. El 38% por clorhidrato de cocaína y el 13% por marihuana. La mayoría de los condenados tiene entre 20 y 30 años de edad, el 70% son varones. El 24% de los condenados son de nacionalidad boliviana.
Lo que más se vende y consume en la Provincia es la pasta base, sustancia a la que le falta un último proceso para transformarse en cocaína. Es el famoso “paco”.
El estudio revela que unas de las principales dificultades que encuentra la Justicia para procesar a los vendedores de paco está en la mala calidad de la droga, que en los laboratorios terminan arrojando mínimas cantidades de la sustancia ilegal, que no alcanza para procesarlos.
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Salta es un actor fundamental en la problemática del narcotráfico en la Argentina. Las fuerzas nacionales, principalmente Gendarmería Nacional, tienen que custodiar la puerta más importante de ingreso de la cocaína al país. Por otro lado, la Policía de la Provincia tiene que contrarrestar el incipiente mercado local de estupefacientes, sobre todo de pasta base. Es que en el medio de esta lucha de dos frentes, la región dejó de ser “zona de paso” y desarrolló un efectivo circuito de bocas de expendio para satisfacer la demanda interna. Sin embargo, la mayoría de la droga que entra por Salta es para exportar a Europa y al norte de Africa, vía Buenos Aires o Rosario.
Tal vez todo eso no resulte novedoso, pero ahora es información oficial, según se desprende del Primer Estudio de Diagnóstico sobre Narcotráfico en la Provincia, elaborado por la Agencia Antidrogas y el Sedronar (Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico).
“El problema del narcotráfico no lo puede resolver solamente la Provincia con su policía. Para tener éxito hay que coordinar acciones desde lo social y lo cultural, porque confluyen muchos factores”, expresó la semana pasada el secretario de Seguridad de la provincia Eduardo Sylvester, que además es el principal responsable de la investigación, donde se analizaron más de 300 expedientes con sentencias condenatorias por narcotráfico por hechos ocurridos en Salta.
“La primera resolución que firmé fue la restructuración de la División de Drogas Peligrosas, porque para nosotros, la lucha contra el narcotráfico es un eje fundamental. No solo se hizo una nueva estructura, sino que se triplicó el personal. Se pasó de 120 efectivos para toda la provincia a 400”, dijo Sylvester.
“Del estudio es posible extraer diversas y numerosas conclusiones. Quizás la más importante sea la distinción existente entre dos fenómenos. Por un lado, la modalidad de macro-tráfico, que consiste en el transporte de grandes cantidades de drogas, generalmente en zona de frontera. Por otro lado, el micro-tráfico, entendido como la venta al menudeo de drogas de baja calidad que se efectúa en los barrios y villas de las ciudades salteñas”, revela la resolución de Sylvester.
La mayor parte de la droga está de paso por Salta. Su destino es de exportación, principalmente la cocaína de máxima pureza. “La droga que va para el sur está arriba del 70% de pureza y la que viene a Salta tiene un 40%, aproximadamente”, destaca una fuente en el informe. También se alerta que ingresa más marihuana desde Paraguay, atravesando el chaco salteño.
La mayoría de las sentencias judiciales en Salta, el 45%, es por “pasta base” o paco. El 38% por clorhidrato de cocaína y el 13% por marihuana. La mayoría de los condenados tiene entre 20 y 30 años de edad, el 70% son varones. El 24% de los condenados son de nacionalidad boliviana.
Lo que más se vende y consume en la Provincia es la pasta base, sustancia a la que le falta un último proceso para transformarse en cocaína. Es el famoso “paco”.
El estudio revela que unas de las principales dificultades que encuentra la Justicia para procesar a los vendedores de paco está en la mala calidad de la droga, que en los laboratorios terminan arrojando mínimas cantidades de la sustancia ilegal, que no alcanza para procesarlos.