¡Llegó la lluvia a Cafayate! pero no fue impedimento para el desarrollo normal de la cuarta y última velada del festival folclórico. Los duendes serenateros pactaron que la Serenata llegara un final feliz.
¡Alegrate Cafayate! y vaya si es valedera esta patentada frase. Los Valles Calchaquíes vivieron una fiesta inolvidable del folclore, con las figuras más relevantes del mencionado género musical. Jorge Rojas y el Chaqueño Palavecino fueron los abanderados de esta convocante cita, que bajó el telón a su décimo octava edición.
¡Alegrate Cafayate! pero alegrate de verdad porque la magia y el encanto se instalaron durante cuatro días en la Bodega Encantada.
La velada de cierre tuvo como principal protagonista al santiagueño Raly Barrionuevo, un permanente defensor de sus ideas y pensamientos. El artista, como es su costumbre, entregó un repertorio lleno de mensajes, desplegando verdades que afectan a diferentes sectores del país. Un canto sencillo pero contundente, así se lo define a este solista santiagueño, que pasó desarpercibido en esta nueva edición de la Serenata a Cafayate.
La belleza cristalizada en canto se dibujó en la figura de Paola Arias. La ‘Gauchita‘, dueña de una simpatía y carisma especial, tuvo una excelente comunión con el público. Su revancha no tardó en llegar, el año pasado no fue favorecida con el horario de actuación pese a lograr una acertada labor. El domingo pudo desplegar su encanto y catapultó una contundente perfomance.
Guitarreros también dejó su sello en la ‘tierra del sol y el vino‘. El buen momento que atraviesa el conjunto salteño se extendió a este sector de la provincia.Un espectáculo que atrapa las distintas edades, con melodías que contagian e invitan a ganar protagonismo. Tampoco faltó el juego de ritmos con el público que lo otorgó un extra especial al show. Cosquín lo aplaudió de pie y en esta ocasión no fue la excepción. Los muchachos salteños siguen firme en la buena senda y sin dudas los aciertos se extenderán a lo largo y ancho del país.
¡Qué noche para Los Izkierdos de la Cueva! una propuesta que fue ganando terreno a base de trabajo, responsabilidad y esfuerzo, lógicamente que el talento estaba latente y era tiempo de empezar a florecer. El salteño Daniel Cuevas y el jujeño Tony Izkierdo se adueñaron de un lugar privilegiado dentro del folclore salteño y ahora lo hacen extesnivo a los escenarios más importantes del país.
‘Por suerte estuvimos en las convocatorias más salientes del cancionero folclórico, pero Cafayate tiene un sabor especial para nosotros, es una fecha que jamás queremos estar ausentes. Es la ocasión donde compartimos con nuestra gente que nos llena de cariños y elogios. Además, nos permite cargarnos de energía para afrontar la nueva temporada‘, dijo Cuevas, quien también se refirió a los compromisos más inmediatos, ‘En los próximos días empezaremos a grabar el nuevo material discográfico, que en su gran mayoría comprenderá temas de nuestra autoría. También encararemos una gira por Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe‘.
El jujeño Bruno Arias también tuvo la oportunidad de exhibir su notable trabajo musical. Este artista ya tiene un amplio camino recorrido en esta expresión popular y ahora se propuso trasladarlo a las provincias del norte.
La concurrencia premió el trabajo de Matacos, una agrupación que proviene de Tucumán pero que lidera el salteño Cristian Herrera.
La cartelera artístca también comprendió las actuaciones de: Haydeé Mariel, Dúo Orellana-Lucca, Los Hijos del Viento, Runakay, Solo Alquimia, Los Moldeños, la Escuela de Música de Cafayate, Dúo El Entrevero, Ramón Jiménez y el ballet Herencia y Tradición.
Así, se bajó el telón a la trigésimo octava edición de la Serenata a Cafayate. Los duendes sedientos sasiaron sus ansias serenateras y sentenciaron que la Bodega seguirá Encantada hasta la próxima llegada de la luna folclórica a los Valles Calchaquíes. ¡Salud mi Cafayate!.
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¡Llegó la lluvia a Cafayate! pero no fue impedimento para el desarrollo normal de la cuarta y última velada del festival folclórico. Los duendes serenateros pactaron que la Serenata llegara un final feliz.
¡Alegrate Cafayate! y vaya si es valedera esta patentada frase. Los Valles Calchaquíes vivieron una fiesta inolvidable del folclore, con las figuras más relevantes del mencionado género musical. Jorge Rojas y el Chaqueño Palavecino fueron los abanderados de esta convocante cita, que bajó el telón a su décimo octava edición.
¡Alegrate Cafayate! pero alegrate de verdad porque la magia y el encanto se instalaron durante cuatro días en la Bodega Encantada.
La velada de cierre tuvo como principal protagonista al santiagueño Raly Barrionuevo, un permanente defensor de sus ideas y pensamientos. El artista, como es su costumbre, entregó un repertorio lleno de mensajes, desplegando verdades que afectan a diferentes sectores del país. Un canto sencillo pero contundente, así se lo define a este solista santiagueño, que pasó desarpercibido en esta nueva edición de la Serenata a Cafayate.
La belleza cristalizada en canto se dibujó en la figura de Paola Arias. La ‘Gauchita‘, dueña de una simpatía y carisma especial, tuvo una excelente comunión con el público. Su revancha no tardó en llegar, el año pasado no fue favorecida con el horario de actuación pese a lograr una acertada labor. El domingo pudo desplegar su encanto y catapultó una contundente perfomance.
Guitarreros también dejó su sello en la ‘tierra del sol y el vino‘. El buen momento que atraviesa el conjunto salteño se extendió a este sector de la provincia.Un espectáculo que atrapa las distintas edades, con melodías que contagian e invitan a ganar protagonismo. Tampoco faltó el juego de ritmos con el público que lo otorgó un extra especial al show. Cosquín lo aplaudió de pie y en esta ocasión no fue la excepción. Los muchachos salteños siguen firme en la buena senda y sin dudas los aciertos se extenderán a lo largo y ancho del país.
¡Qué noche para Los Izkierdos de la Cueva! una propuesta que fue ganando terreno a base de trabajo, responsabilidad y esfuerzo, lógicamente que el talento estaba latente y era tiempo de empezar a florecer. El salteño Daniel Cuevas y el jujeño Tony Izkierdo se adueñaron de un lugar privilegiado dentro del folclore salteño y ahora lo hacen extesnivo a los escenarios más importantes del país.
‘Por suerte estuvimos en las convocatorias más salientes del cancionero folclórico, pero Cafayate tiene un sabor especial para nosotros, es una fecha que jamás queremos estar ausentes. Es la ocasión donde compartimos con nuestra gente que nos llena de cariños y elogios. Además, nos permite cargarnos de energía para afrontar la nueva temporada‘, dijo Cuevas, quien también se refirió a los compromisos más inmediatos, ‘En los próximos días empezaremos a grabar el nuevo material discográfico, que en su gran mayoría comprenderá temas de nuestra autoría. También encararemos una gira por Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe‘.
El jujeño Bruno Arias también tuvo la oportunidad de exhibir su notable trabajo musical. Este artista ya tiene un amplio camino recorrido en esta expresión popular y ahora se propuso trasladarlo a las provincias del norte.
La concurrencia premió el trabajo de Matacos, una agrupación que proviene de Tucumán pero que lidera el salteño Cristian Herrera.
La cartelera artístca también comprendió las actuaciones de: Haydeé Mariel, Dúo Orellana-Lucca, Los Hijos del Viento, Runakay, Solo Alquimia, Los Moldeños, la Escuela de Música de Cafayate, Dúo El Entrevero, Ramón Jiménez y el ballet Herencia y Tradición.
Así, se bajó el telón a la trigésimo octava edición de la Serenata a Cafayate. Los duendes sedientos sasiaron sus ansias serenateras y sentenciaron que la Bodega seguirá Encantada hasta la próxima llegada de la luna folclórica a los Valles Calchaquíes. ¡Salud mi Cafayate!.