Un chico de 17 años, que regresaba en el auto de su padre a Vaqueros junto a su novia, de su misma edad, denunció que desconocidos le hicieron dos disparos al vehículo, que impactaron en los vidrios haciéndolos estallar.
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Un chico de 17 años, que regresaba en el auto de su padre a Vaqueros junto a su novia, de su misma edad, denunció que desconocidos le hicieron dos disparos al vehículo, que impactaron en los vidrios haciéndolos estallar.
“El suceso ocurrió en pleno centro de Vaqueros, que cada vez se está haciendo más peligroso gracias al accionar de una peligrosa patota autotitulada "Los Duendes' y cuyos integrantes se juntan todas las noches a fumar marihuana en una cancha de fútbol que queda sobre la ruta y que pertenece a una congregación religiosa o bien en el puente de acceso”, dijo a El Tribuno el papá del menor agredido, Max René Dahs.
El hecho ocurrió ayer a la 1.30 sobre la arteria principal.
“Mi hijo no tiene problemas con nadie, es deportista, juega rugby en Universitario y es un chico sano. Lo que pasa es que esta gente hace daño solo por hacerlo. No tengo dudas de que manejan tumberas. La Policía debería tener más presencia en Vaqueros. Anoche (por ayer) luego del corso "Los Duendes' sostuvieron una batalla campal en la zona del puente con otros sujetos y tengo entendido que a uno de los participantes en la gresca le desfiguraron el rostro. Alguien tiene que intervenir para parar esto”, apuntó Dahs.
“Gracias a Dios, mi hijo venía despacio, por lo que cuando sintió los estampidos y luego los impactos en los vidrios de nuestro auto, hizo una maniobra refleja de protección”, puntualizó el vecino vaquereño.