La comunidad de Rosario de la Frontera se prepara para celebrar el próximo 15 de marzo las bodas de plata del asilo de ancianos Niño Jesús de Praga. Con ese fin, se encaró la refacción integral del edificio.
Los trabajos en el interior concluyeron, pero resta la pintura. Es así que la comisión directiva organizó una campaña para recolectar fondos o el material necesario para ejecutar los trabajos.
Manifestaron que necesitan 140 litros de pintura látex blanca para interior y 40 litros para exterior.
“El mayor esfuerzo lo pusimos en el arreglo del interior del edificio. Ahora nos falta pintarlo, puesto que deseamos que la casa de los abuelos luzca espléndida para los festejos de sus bodas de plata”, dijeron.
Con 25 años de labor ininterrumpida, el asilo se convirtió en una de las instituciones más trascendentes de la Ciudad Termal. Fue inaugurado el 25 de marzo de 1987, por iniciativa de la Cruz Roja. En la actualidad alberga a cerca de una veintena de abuelos y les brinda almuerzo y cena a otros tantos. En sus comienzos funcionó en una propiedad de la familia Saavedra, ubicada en calle Melchora de Cornejo al 100. Luego se trasladó a su actual edificio de calle Belgrano 313, frente a la plaza Independencia.
Su primera directora fue Sara Fernández de Olmedo, quien estuvo acompañada en la vicedirección por María Ester Aguirre de Neme y un grupo de vecinos que trabajaron de forma desinteresada, con el único fin de asistir a las personas de la tercera edad desamparadas.
El funcionamiento de la institución se solventa con un subsidio que recibe mensualmente del Gobierno de la Provincia, a través de la Dirección de Adultos Mayores, y con el aporte generoso de la comunidad rosarina.
El asilo cuenta con camas, servicio de lavandería y limpieza, comedor, entre otros. “Queremos también que nuestros abuelos cuenten con un servicio de enfermería dos veces a la semana, para ello iniciamos las gestiones ante el gerente del hospital Melchora Figueroa de Cornejo”, contaron los responsables del asilo.
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La comunidad de Rosario de la Frontera se prepara para celebrar el próximo 15 de marzo las bodas de plata del asilo de ancianos Niño Jesús de Praga. Con ese fin, se encaró la refacción integral del edificio.
Los trabajos en el interior concluyeron, pero resta la pintura. Es así que la comisión directiva organizó una campaña para recolectar fondos o el material necesario para ejecutar los trabajos.
Manifestaron que necesitan 140 litros de pintura látex blanca para interior y 40 litros para exterior.
“El mayor esfuerzo lo pusimos en el arreglo del interior del edificio. Ahora nos falta pintarlo, puesto que deseamos que la casa de los abuelos luzca espléndida para los festejos de sus bodas de plata”, dijeron.
Con 25 años de labor ininterrumpida, el asilo se convirtió en una de las instituciones más trascendentes de la Ciudad Termal. Fue inaugurado el 25 de marzo de 1987, por iniciativa de la Cruz Roja. En la actualidad alberga a cerca de una veintena de abuelos y les brinda almuerzo y cena a otros tantos. En sus comienzos funcionó en una propiedad de la familia Saavedra, ubicada en calle Melchora de Cornejo al 100. Luego se trasladó a su actual edificio de calle Belgrano 313, frente a la plaza Independencia.
Su primera directora fue Sara Fernández de Olmedo, quien estuvo acompañada en la vicedirección por María Ester Aguirre de Neme y un grupo de vecinos que trabajaron de forma desinteresada, con el único fin de asistir a las personas de la tercera edad desamparadas.
El funcionamiento de la institución se solventa con un subsidio que recibe mensualmente del Gobierno de la Provincia, a través de la Dirección de Adultos Mayores, y con el aporte generoso de la comunidad rosarina.
El asilo cuenta con camas, servicio de lavandería y limpieza, comedor, entre otros. “Queremos también que nuestros abuelos cuenten con un servicio de enfermería dos veces a la semana, para ello iniciamos las gestiones ante el gerente del hospital Melchora Figueroa de Cornejo”, contaron los responsables del asilo.