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16 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
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En Salta se concretan 3,2 divorcios por día

Martes, 21 de febrero de 2012 13:05

En una separación todos los integrantes de la familia sufren. Tanto la pareja como los hijos, si los hay, tienen que reacomodar los tantos en su vida y, contrariamente a la creencia popular, en este proceso los que más sufren son los hombres. El rompimiento tiene consecuencias en todos los ámbitos: afectivos, legales, económicos y sociales.

En el caso del hombre en particular, “pierde la familia como representación social y en sociedades conservadoras como la salteña, esto tiene una gran importancia”, sostiene el psicoanalista Walter Caravotta. Esto viene a desmitificar el concepto que existe en el imaginario popular en el sentido de que los varones disfrutan a lo loco cuando se divorcian. En nuestra provincia, en 2011, se celebraron 4.039 matrimonios y se concretaron 1.170 divorcios. Es decir que hubo 3,2 divorcios por día de acuerdo a los datos estadísticos del Registro Civil.

Esto implica que son muchas las familias que se tienen que reacomodar. Si bien las mujeres son generalmente las que toman la decisión en la separación, las demandas de divorcio se hacen, habitualmente, de manera conjunta o por mutuo consentimiento. El miembro de la pareja que propone la separación ya ha hecho una elaboración del duelo, pero quien recibe la noticia generalmente no está preparado para manejar la situación. Es común que las mujeres se sientan distanciadas de su pareja un par de años antes de dar el paso de la separación física, dice la psicóloga chilena Pilar Sordo. Sin embargo, el hombre, aun en una relación conflictiva, tiende a mantener el statu quo para no perder el equilibrio emocional en su vida.

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En una separación todos los integrantes de la familia sufren. Tanto la pareja como los hijos, si los hay, tienen que reacomodar los tantos en su vida y, contrariamente a la creencia popular, en este proceso los que más sufren son los hombres. El rompimiento tiene consecuencias en todos los ámbitos: afectivos, legales, económicos y sociales.

En el caso del hombre en particular, “pierde la familia como representación social y en sociedades conservadoras como la salteña, esto tiene una gran importancia”, sostiene el psicoanalista Walter Caravotta. Esto viene a desmitificar el concepto que existe en el imaginario popular en el sentido de que los varones disfrutan a lo loco cuando se divorcian. En nuestra provincia, en 2011, se celebraron 4.039 matrimonios y se concretaron 1.170 divorcios. Es decir que hubo 3,2 divorcios por día de acuerdo a los datos estadísticos del Registro Civil.

Esto implica que son muchas las familias que se tienen que reacomodar. Si bien las mujeres son generalmente las que toman la decisión en la separación, las demandas de divorcio se hacen, habitualmente, de manera conjunta o por mutuo consentimiento. El miembro de la pareja que propone la separación ya ha hecho una elaboración del duelo, pero quien recibe la noticia generalmente no está preparado para manejar la situación. Es común que las mujeres se sientan distanciadas de su pareja un par de años antes de dar el paso de la separación física, dice la psicóloga chilena Pilar Sordo. Sin embargo, el hombre, aun en una relación conflictiva, tiende a mantener el statu quo para no perder el equilibrio emocional en su vida.

Una decisión dolorosa

Más allá de quien tome la decisión, la pena, la angustia, la impotencia y la pérdida son similares en ambos sexos. El problema es que a los hombres les cuesta más expresarlo y, en su mayoría, no buscan ayuda profesional, en cambio las mujeres tienden a hacer algún tipo de terapia. Ellos viven el proceso de la separación afectivamente muy solos, por eso algunos elaboran esa soledad de “manera compulsiva”: aferrados al trabajo o en otros casos dedicados a las fiestas y salidas nocturnas pero en general expresan un gran sentimientos de soledad porque perciben que la sociedad no les permite expresar el dolor y piensan que no tienen con quién hablar o quién los escuche.
 
“Las mujeres en general se las arreglan mejor con la soledad; el hombre, de algún modo, pone en funcionamiento los mecanismos de negación, cree que la situación va a mejorar, no acepta fácilmente la idea de la separación”, dice Caravotta. “Es importante que cada una de las etapas sea identificada y elaborada pero nunca negarla, es bueno compartir las experiencias vividas con otros porque ayuda a superar la situación”, apunta el profesional.

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