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Tres familiares presos por la muerte del bebé baleado

Martes, 21 de febrero de 2012 18:31

Mañana declararán los tres familiares detenidos por la muerte de Cristian López, un bebé de tan solo cinco meses de vida, quien el viernes recibió un balazo en la cabeza en un confuso episodio que tiene una decena de versiones distintas. La causa se encuentra a cargo del juez de Instrucción Formal de Primera Nominación, Martín Pérez.
La situación de los detenidos se agravó el domingo con la muerte del niño. No se sabe si todo fue un accidente o, como sospechan los pesquisas, un disparo efectuado en medio de una pelea intrafamiliar. De todos modos, la causa pasó de “lesiones gravísimas” a la carátula de “homicidio”.
Fuentes policiales confirmaron ayer a El Tribuno que durante toda la investigación del caso la Policía fue hostigada por la familia de los detenidos, que no quiso colaborar con la Justicia, sino, por el contrario, intentó por todos los medios desviar la pesquisa con declaraciones poco creíbles que se desvanecieron rápidamente.
La fuente reveló que no fue posible precisar con exactitud el lugar del río Arenales en donde habrían arrojado el arma homicida, supuestamente un revólver calibre 38, cuyas vainas y proyectiles servidos tampoco fueron hallados en el lugar del hecho.
El domicilio de la calle Córdoba al 2000 fue allanado poco después de la tragedia, pero el lugar ya había sido “limpiado” antes de la llegada de los investigadores, a quienes habían mentido diciendo que el disparo había provenido de la calle.
La cadena de encubrimientos ya habría quedado desmontada, según la División Homicidios, pero las circunstancias en las que se produjo el incidente mortal no fueron esclarecidas aún; tampoco los móviles que llevaron al padre de la criatura a disparar el arma durante un festejo familiar que se convirtió en tragedia. En el domicilio del padre de la víctima se secuestró ropa ensangrentada. Además, se estableció el lugar exacto donde se encontraba el bebé, a pesar de que habían limpiado el piso. El padre se cambió de ropa y se ausentó, sin que haya una explicación sobre esa conducta. “Tenemos la certeza de que el disparo tenía otro destinatario y no era justo el bebé, pero en esa familia nadie habla”, aseguró la fuente policial.
 

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Mañana declararán los tres familiares detenidos por la muerte de Cristian López, un bebé de tan solo cinco meses de vida, quien el viernes recibió un balazo en la cabeza en un confuso episodio que tiene una decena de versiones distintas. La causa se encuentra a cargo del juez de Instrucción Formal de Primera Nominación, Martín Pérez.
La situación de los detenidos se agravó el domingo con la muerte del niño. No se sabe si todo fue un accidente o, como sospechan los pesquisas, un disparo efectuado en medio de una pelea intrafamiliar. De todos modos, la causa pasó de “lesiones gravísimas” a la carátula de “homicidio”.
Fuentes policiales confirmaron ayer a El Tribuno que durante toda la investigación del caso la Policía fue hostigada por la familia de los detenidos, que no quiso colaborar con la Justicia, sino, por el contrario, intentó por todos los medios desviar la pesquisa con declaraciones poco creíbles que se desvanecieron rápidamente.
La fuente reveló que no fue posible precisar con exactitud el lugar del río Arenales en donde habrían arrojado el arma homicida, supuestamente un revólver calibre 38, cuyas vainas y proyectiles servidos tampoco fueron hallados en el lugar del hecho.
El domicilio de la calle Córdoba al 2000 fue allanado poco después de la tragedia, pero el lugar ya había sido “limpiado” antes de la llegada de los investigadores, a quienes habían mentido diciendo que el disparo había provenido de la calle.
La cadena de encubrimientos ya habría quedado desmontada, según la División Homicidios, pero las circunstancias en las que se produjo el incidente mortal no fueron esclarecidas aún; tampoco los móviles que llevaron al padre de la criatura a disparar el arma durante un festejo familiar que se convirtió en tragedia. En el domicilio del padre de la víctima se secuestró ropa ensangrentada. Además, se estableció el lugar exacto donde se encontraba el bebé, a pesar de que habían limpiado el piso. El padre se cambió de ropa y se ausentó, sin que haya una explicación sobre esa conducta. “Tenemos la certeza de que el disparo tenía otro destinatario y no era justo el bebé, pero en esa familia nadie habla”, aseguró la fuente policial.
 

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