Al descender, sus rostros expresaban las últimas horas vividas: angustia y preocupación, pero con la satisfacción de estar sanos y salvos. Se trata de Rodrigo Rubio, de 36 años y oriundo de Campo Quijano, y de Fernando Luis Romero, de 30 años y residente en esta capital. Ambos fueron intensamente buscados por miembros del GORA (Grupo Operativo de Rescate y Altura de la Policía), ya que quedaron atrapados durante más de 24 horas en la Quebrada del Toro, soportando fuertes tormentas que los desorientaron totalmente. Finalmente fueron rescatados ayer, a las 9.30, en el paraje La Ovejería, cuando descendían del cerro.
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Al descender, sus rostros expresaban las últimas horas vividas: angustia y preocupación, pero con la satisfacción de estar sanos y salvos. Se trata de Rodrigo Rubio, de 36 años y oriundo de Campo Quijano, y de Fernando Luis Romero, de 30 años y residente en esta capital. Ambos fueron intensamente buscados por miembros del GORA (Grupo Operativo de Rescate y Altura de la Policía), ya que quedaron atrapados durante más de 24 horas en la Quebrada del Toro, soportando fuertes tormentas que los desorientaron totalmente. Finalmente fueron rescatados ayer, a las 9.30, en el paraje La Ovejería, cuando descendían del cerro.
“Salimos de excursión ayer (por el lunes), a las 7, y llegamos a las 14 a la cima de la Quebrada, pero cuando quisimos descender se nubló, llovió y nos equivocamos de camino. Decidimos regresar a la cima y pasar la noche allí. Recién esta mañana (por ayer), con el cielo despejado, empezamos a bajar y, tras una larga caminata, nos encontraron los efectivos”, dijo Rodrigo Rubio a El Tribuno, minutos después de haber sido revisado médicos del hospital Francisco Herrera, de Campo Quijano. Afortunadamente, Rubio y Romero no presentaban lesiones de gravedad y fueron dados de alta minutos después de haber ingresado al centro médico.
“Pese a que subí en cinco oportunidades a la Quebrada del Toro y conozco la zona, me perdí y por ese motivo aprendí que no hay que confiarse y ser un poco más precavido. Afortunadamente teníamos frutas y no pasamos hambre, aunque de noche la temperatura descendió y sentimos mucho frío”, dijo Rubio, quien perdió contacto con familiares y amigos cuando se mojó su teléfono celular durante la tormenta que se registró en la noche del pasado lunes.
En ese momento, sus familiares se contactaron con los uniformados de la subcomisaría de Campo Quijano y ayer, a las 6, una comitiva integrada por los cabos César Homez, Luis Ferreyra, Carlos Colque y Martín Tacacho, el oficial auxiliar Daniel Caro y el agente Román Ríos, además de Gitana, una perra dálmata entrenada en rastrillajes, partió rumbo a las alturas y a las tres horas, la misión había sido cumplida.
Rubio, el más calmo de los dos damnificados, dijo: “Agradecemos la preocupación... ya estamos bien”.