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Una pareja puso en vilo a todo un pueblo

Miércoles, 22 de febrero de 2012 23:07

Una pareja de novios, de 17 y 18 años, puso en vilo a todo un pueblo y movilizó a dotaciones policiales y de Bomberos de Salvador Mazza y Aguaray, luego de que la mamá de la chica y el padre del muchacho denunciaran que ambos habían ido de camping al del río Capiazuti, el martes pasado, en horas de la mañana, y no habían vuelto. Sin embargo cuando todos pensaban que estaban al frente de una tragedia, efectivos que participaban de las tareas de rastrillaje, los hallaron, ayer a las 15.20, a ambos refugiados en una casilla abandonada, a unos tres kilómetros aguas abajo del lugar donde habían hecho base -el camping Palo Alto, a nueve kilómetros de Aguaray-, hasta donde habían sido arrastrados por la correntada. “Estábamos esperando que bajaran las aguas para poder atravesar”, dijeron los novios cuando los uniformados llegaron hasta ellos. Afirmaron que, efectivamente, habían planificado pasar un día de picnic en el lugar, pero que en un momento y a raíz del calor, decidieron atravesar el cauce hacia una poza ubicada en la banda contraria, pero que no pudieron cumplir su objetivo, ya que una repentina creciente los arrastró, hasta que pudieron salir, unos 3.000 metros más adelante.

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Una pareja de novios, de 17 y 18 años, puso en vilo a todo un pueblo y movilizó a dotaciones policiales y de Bomberos de Salvador Mazza y Aguaray, luego de que la mamá de la chica y el padre del muchacho denunciaran que ambos habían ido de camping al del río Capiazuti, el martes pasado, en horas de la mañana, y no habían vuelto. Sin embargo cuando todos pensaban que estaban al frente de una tragedia, efectivos que participaban de las tareas de rastrillaje, los hallaron, ayer a las 15.20, a ambos refugiados en una casilla abandonada, a unos tres kilómetros aguas abajo del lugar donde habían hecho base -el camping Palo Alto, a nueve kilómetros de Aguaray-, hasta donde habían sido arrastrados por la correntada. “Estábamos esperando que bajaran las aguas para poder atravesar”, dijeron los novios cuando los uniformados llegaron hasta ellos. Afirmaron que, efectivamente, habían planificado pasar un día de picnic en el lugar, pero que en un momento y a raíz del calor, decidieron atravesar el cauce hacia una poza ubicada en la banda contraria, pero que no pudieron cumplir su objetivo, ya que una repentina creciente los arrastró, hasta que pudieron salir, unos 3.000 metros más adelante.

Hubo mucho temor en todo Aguaray por la suerte de la pareja, identificada como Yamilla Murillo y José Mansilla, ya que en esta época las crecientes peligrosas son habituales, el río Capiazuti baja muy cargado y hay antecedentes de accidentes mortales en la zona. Además, poco más hacia el este desemboca en el río Caraparí, de carácter estacional y considerado “muy traicionero” y que más tarde se transforma en tributario del estivalmente indómito Pilcomayo.

La madre de la adolescente, Margarita Murillo (48), conjuntamente con el padre del chico, el cabo 1§ de Policía Luis Mansilla, levantaron sus denuncias al promediar la tarde de ayer.

Los temores por el destino de los desaparecidos crecieron cuando los rescatistas llegaron al camping Palo Alto y encontraron la gorra del muchacho a la vera del cauce, a las 9 de la víspera, pero ninguno de los otros elementos que llevaban. Luego se supo que los habían perdido cuando fueron arrastrados por la corriente.

“Estos se salvaron de milagro”, comentó un oficial a El Tribuno.

 

 

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