Familiares y deportistas rendirán un homenaje. Con la presencia del sobreviviente Gustavo Zerbino, familiares de las víctimas y deportistas, la Fundación Rugby sin Fronteras realizará hoy un partido de rugby a 3.800 metros de altura en el Valle de las Lágrimas, en el límite de los departamentos de San Rafael y Malargüe, lugar donde el 13 de octubre 1972 ocurrió la tragedia aérea de Los Andes.
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Familiares y deportistas rendirán un homenaje. Con la presencia del sobreviviente Gustavo Zerbino, familiares de las víctimas y deportistas, la Fundación Rugby sin Fronteras realizará hoy un partido de rugby a 3.800 metros de altura en el Valle de las Lágrimas, en el límite de los departamentos de San Rafael y Malargüe, lugar donde el 13 de octubre 1972 ocurrió la tragedia aérea de Los Andes.
Este es un nuevo encuentro, similar al que se realizó el año pasado y que servirá para conmemorar a los "45" (16 sobrevivientes y 29 que aún permanecen allí) a 40 años del accidente que conmovió al mundo.
Esta iniciativa intenta recuperar un hecho histórico que guarda dentro de sí una inmensidad de valores puestos en juego en el marco de una situación trágica.
Por esta razón, anoche, la fundación Rugby sin Fronteras dio una charla en el Centro de Convenciones a la comunidad malargüina en la cual se presentó el video "Camino de Valores" que sirve de alimento para esta experiencia única y en la que se intenta comunicar los valores de este deporte en todo el mundo, con un espíritu solidario e integrador.
En tanto ayer, con la presencia de ex rugbiers del seleccionado chileno y uruguayo, junto al sobreviviente Gustavo Zerbino y el presidente de la Fundación, Juan Bautista Segonds, se brindó una clínica de este deporte a jóvenes del club local Llancanelo en las instalaciones del polideportivo municipal y como antesala del viaje arduo que hoy, muy temprano, emprenderán hacia el corazón de la cordillera de los Andes.
Según explicaron los organizadores, para jugar el partido se armará una cancha ubicada a unos 3.800 metros de altura donde el terreno de roca dura, desniveles propios de la montaña y el viento helado e intenso de la cordillera, serán los obstáculos a superar, tal como lo hicieron durante 72 días, aunque en condiciones mucho más rigurosas, aquellos 16 sobrevivientes jóvenes uruguayos.
Una vez finalizado el partido, se emprenderá un nuevo ascenso para llevar la pelota y una placa de la fundación hasta la cruz, lugar donde reposan el fuselaje del avión y el monumento a los caídos. En la noche habrá un fogón como cierre, en el cual se hará entrega de un recuerdo del viaje a cada uno de los presentes.
Seguramente y en base a lo vivido en el viaje realizado el año pasado, el sobreviviente Gustavo Zerbino describirá a los integrantes de la delegación, alrededor de 60 personas, de qué se trata "Los tres gendarmes", unos picos de roca en la cima de la montaña donde el avión chocó antes de partirse a la mitad, matando a varios de sus mejores amigos y compañeros de equipo.
Todos oirán el durísimo relato acerca de cómo la simple casualidad o tal vez el capricho del destino, de cambiar su asiento a un amigo momentos antes del accidente, lo salvó de ser uno más entre los compañeros que reposan enterrados en el valle.
Antes de partir y luego del ritual característico de este deporte, junto a los deportistas malargüinos, entre lágrimas y emocionado, el presidente de la Fundación Juan Bautista Segonds destacó a Los Andes que el "rugby es amor y ésta es una experiencia maravillosa, donde el trabajo en equipo y el respeto son fundamentales.
La idea es transmitir estos valores como una propuesta más y por eso a los jóvenes tratamos de transmitirles ejemplos como el de los uruguayos o lo que le sucedió a Nelson Mandela, que estuvo 27 años preso y que cuando salió lo hizo con un mensaje de amor y se apoyó en el rugby para difundirlo".
En tanto, Alejandro Nicolich, ex integrante del seleccionado juvenil uruguayo de rugby y hermano de Gustavo Nicolich, joven de 20 años que fue una de las 29 personas que fallecieron en el accidente, explicó que ésta será la primera vez que visitará la zona donde ocurrió la tragedia.
"Conozco varias personas que han ido y me dijeron que estar allá arriba es impresionante. Yo me he preparado pero no sé cómo puedo reaccionar cuando esté en el lugar donde murió mi hermano, pero creo que será una experiencia indescriptible".
El accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, conocido popularmente como el "Milagro de los Andes", ocurrió el 13 de octubre de 1972, cuando el avión militar con 40 pasajeros y cinco tripulantes que conducía al equipo de rugby Old Christians, formado por alumnos del colegio uruguayo Stella Maris y que se dirigía a jugar un partido contra el Old Boys de Chile, se estrelló en la cordillera de los Andes, a 3.500 msnm, a 21 kilómetros del hotel de El Sosneado, en ruta hacia Santiago de Chile.
Doce murieron a causa de la caída, mientras que los sobrevivientes a ésta tuvieron que soportar 30º bajo cero durante las noches, aludes y hambre.
Hartos de las bajísimas temperaturas y las bajas esperanzas de rescate, dos de los muchachos decidieron cruzar las inmensas montañas para llegar a Chile, pensando erróneamente que se encontraban más cerca del país trasandino.
Finalmente, el 22 de diciembre de 1972, después de haber estado durante 72 días aislados de todo, el mundo se enteró que 16 jóvenes vencieron a la helada muerte en la Cordillera de los Andes. (Fuente Los Andes)