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El campeón se prende en la punta

Lunes, 27 de febrero de 2012 04:34

El último campeón del fútbol argentino obtuvo un inobjetable triunfo y también es puntero del torneo Clausura 2012. Derrotó con claridad a Newell‘s por 2 a 0, en partido correspondiente a la tercera fecha, jugado en la Bombonera.
Darío Cvitanich, en la primera parte, y Román Riquelme, en la segunda y mediante un tiro libre, le dieron la victoria al equipo de Julio César Falcioni, que continúa con una racha de 32 encuentros sin conocer la derrota (34 si se agregan uno de Copa Argentina y otro de la Libertadores).
Con este éxito, Boca es provisorio líder de la clasificación, junto a Tigre, Vélez Sarsfield y All Boys, todos con 7 puntos.
 

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El último campeón del fútbol argentino obtuvo un inobjetable triunfo y también es puntero del torneo Clausura 2012. Derrotó con claridad a Newell‘s por 2 a 0, en partido correspondiente a la tercera fecha, jugado en la Bombonera.
Darío Cvitanich, en la primera parte, y Román Riquelme, en la segunda y mediante un tiro libre, le dieron la victoria al equipo de Julio César Falcioni, que continúa con una racha de 32 encuentros sin conocer la derrota (34 si se agregan uno de Copa Argentina y otro de la Libertadores).
Con este éxito, Boca es provisorio líder de la clasificación, junto a Tigre, Vélez Sarsfield y All Boys, todos con 7 puntos.
 

Newell‘s, por su lado, perdió el invicto y se quedó con 4 unidades, aunque su lucha está focalizada en tratar de mejorar su promedio de descenso.
Lejos del debate sobre si juega lindo o feo, sobre si solamente es efectivo y aprovecha algunos momentos o bien si le falta brillo y se convierte en un equipo que ataca en forma previsible, la verdad incontrastable es que Boca sigue sin perder y sus rivales continúan “sin encontrarle la vuelta”.
El equipo de Julio César Falcioni ejerció anche, en la Bombonera, el dominio territorial, con un Leandro Somoza parado en la mitad de la cancha y devenido en la mejor figura auriazul, con un Riquelme que mostró sus intermitencias pero que, a la larga, siempre se erige en el valor más claro para construir fútbol.
Newell‘s opuso, en líneas generales, orden en el traslado y trajín en la mitad de la cancha. Pero los del Tata Martino volvieron a pecar de esa falta de contundencia y profundidad que los aquejó durante el pasado Apertura, en el que ganaron solamente uno de los 19 cotejos disputados.
Su entrenador dijo: “Los errores que cometimos hicieron que Boca ganase. No nos dimos cuenta y nos fuimos metiendo atrás. En definitiva, no pudimos desarrollar nuestra idea de juego”.
 

El primer tiempo parecía irse en cero, pero el árbitro Carlos Maglio, a instancias del línea Andrés Barbieri, se equivocó y permitió que el xeneize festejara la primera conquista.
El juez asistente marcó un lateral para el equipo local, cuando era claramente para el visitante. Pablo Mouche se avivó, lo hizo rápido y mandó un centro que fue despejado con apuro. La pelota le quedó a Clemente Rodríguez, quien metió un tiro-centro que le cayó a Cvitanich, quien, en posición legal, sometió a Peratta, con un disparo bajo.
En la segunda mitad, el equipo del Parque de la Independencia intentó adelantarse en el terreno, jugar más arriba. Pero más allá del empeño por tratar de hacer prolijo su juego, al rojinegro se le nubló la vista cada vez que pisaba los últimos metros del área contraria.
Así y todo, dispuso de una situación que bien pudo haber desembocado en la paridad, cuando a los 21 minutos de juego, el árbitro Maglio ignoró una infracción del defensor Matías Caruzzo sobre Vangioni en el área.
Inmediatamente después, el error del juez se dio en el área de enfrente, cuando Pellerano tomó a Cvitanich y tampoco hubo sanción.
 

Newell‘s buscó mejorar con los ingresos de Noir y Aquino, pero se expuso a las réplicas auriazules. Y en una de ellas, a los 35 minutos, Riquelme facturó e hizo delirar a la multitud.
Hubo una infracción de Víctor López sobre Mouche (que bien pudo haber merecido la tarjeta roja) y el “diez” se hizo cargo del esférico, lo beso y ejecutó un remate, con comba, que sorprendió a un estático Peratta y se tradujo en el segundo tanto.
De allí hasta el final, Boca esperó que los minutos transcurriesen ante la impotencia de un Newell‘s que ya había echado el resto.
 

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