La violencia es moneda corriente en Siria y no hay signos de que amaine. Por lo menos 92 personas murieron ayer y varios centenares resultaron heridas en una nueva ofensiva de las fuerzas del régimen del presidente Bashar al Assad contra las provincias centrales de Homs y Hama.
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La violencia es moneda corriente en Siria y no hay signos de que amaine. Por lo menos 92 personas murieron ayer y varios centenares resultaron heridas en una nueva ofensiva de las fuerzas del régimen del presidente Bashar al Assad contra las provincias centrales de Homs y Hama.
Los comités de coordinación local (CCL), opositores al régimen, señalaron en un comunicado que 50 personas murieron en el bastión de Homs, asediado por los bombardeos desde principios de mes; 27 en Hama, seis en Alepo (norte) , cinco en Idleb (noroeste), tres en Deir el Zur (este) y uno en Deraa (sur).
En Homs, el grupo opositor denunció una nueva masacre de las tropas del régimen y elevó a 26 los muertos y a 180 los heridos tan solo en el castigado barrio de Baba Amro, donde hace una semana perecieron dos periodistas extranjeros. Una parte de los heridos se encuentra en estado grave, según los CCL, que indicaron que una familia entera permanece bajo los escombros de una de las viviendas derruidas. También se produjeron víctimas mortales en los bombardeos efectuados contra las localidades de Rastan y Tel al Kalaj.
En cuanto a Hama, se reanudaron los bombardeos por quinto día consecutivo contra la localidad de Halfaya, lo que causó la muerte a más de veinte personas y heridas a un centenar. También hubo fuertes enfrentamientos entre las tropas del régimen y miembros del Ejército Libre Sirio (ELS) -formado, entre otros, por soldados desertores- en Deraa.
Asimismo, los opositores informaron que el lunes fueron encontrados en Homs los cadáveres de 64 personas que el domingo habían intentado salir de Baba Amro y fueron asesinadas por las fuerzas sirias.
Informe de la ONU
Por su parte, la ONU informó ayer que la cifra de víctimas de la represión en Siria desde que comenzaron las protestas contra Al Assad, en marzo de 2011, supera con creces los 7.500 muertos, aunque reconoció que en estos momentos no puede ofrecer un número exacto de fallecidos. El subsecretario general de la ONU para Asuntos Políticos, Lynn Pascoe, aseguró que entre los muertos hay “muchas mujeres y niños” y denunció que “el uso desproporcionado de la fuerza contra la población civil por parte de las autoridades ha llevado a las fuerzas de la oposición pacífica a recurrir a la resistencia armada”.