Un acto mafioso. Como si estuviera programado, a las 22.40 del pasado sábado, hora en que se registró un apagón general en el norte provincial, se produjo un secuestro que se trataría de un ajuste de cuentas. Pero un día después, a las 23.30 de ayer, la Policía encontró deambulando a Cristian Arnaldo Torres (36), por la zona del Sector 5, a metros de la frontera, tras haber recibido una feroz golpiza, por lo que tuvo que ser derivado al hospital local.
Los efectivos tienen la certeza de que el hombre fue liberado porque los investigadores tenían rodeado a los captores.
Digno de una escena en una película de gangsters, dos personas a bordo de un vehículo encañonaron a Torres en la puerta de su domicilio ubicado en calle Sarmiento del barrio Pueblo Nuevo de zona oeste de la localidad de Salvador Mazza y, tras efectuar dos disparos al aire, raptaron al hombre que en ese momento se encontraba a bordo de su motocicleta. Lo introdujeron en el automóvil, que según testigos “era de color oscuro”.
Inmediatamente, la esposa de la víctima, Andrea Araya, se comunicó con efectivos de la seccional 40, quienes tras recibir la denuncia realizaron un rastrillaje por toda la zona fronteriza.
Horas más tarde, con la ayuda del personal de Gendarmería Nacional, la Brigada de Investigaciones de Tartagal, Unidad Regional 4 y la Dirección de Seguridad, se logró detener a un sospechoso, identificado como Cristian Eduardo Moreno, de 30 años, quien se encontraba escondido a metros de su automóvil marca Peugeot 207 (patente KPK 152), sobre el final de calle España, cerca al límite con Bolivia.
Con Moreno, un hombre que tiene un frondoso prontuario delictivo y que se encuentra implicado en un robo efectuado días atrás de 40.000 dólares a dos pobladores de Salvador Mazza, se encontraban otras dos personas más, quienes al observar el móvil policial, se dieron a la fuga, tras saltar un paredón.
Después, los brigadistas encontraron, en el Pasaje Klum, que tiene salida al cementerio del sector boliviano, un rodado abandonado marca Renault 9 gris (dominio SSB 063). Dentro del automóvil, observaron una mancha de sangre y una frazada, por lo que los elementos fueron secuestrados y se realizó un peritaje de los mismos.
Minutos más tarde, un hombre identificado como Ricardo Alberto Ovando, de 26 años, se presentó en la comisaría 40 y aseguró que dejó su vehículo (el Renault 9), en la plaza 9 de Julio con las llaves puestas, un hecho poco creíble por los policías por lo que también se procedió a su detención.
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Un acto mafioso. Como si estuviera programado, a las 22.40 del pasado sábado, hora en que se registró un apagón general en el norte provincial, se produjo un secuestro que se trataría de un ajuste de cuentas. Pero un día después, a las 23.30 de ayer, la Policía encontró deambulando a Cristian Arnaldo Torres (36), por la zona del Sector 5, a metros de la frontera, tras haber recibido una feroz golpiza, por lo que tuvo que ser derivado al hospital local.
Los efectivos tienen la certeza de que el hombre fue liberado porque los investigadores tenían rodeado a los captores.
Digno de una escena en una película de gangsters, dos personas a bordo de un vehículo encañonaron a Torres en la puerta de su domicilio ubicado en calle Sarmiento del barrio Pueblo Nuevo de zona oeste de la localidad de Salvador Mazza y, tras efectuar dos disparos al aire, raptaron al hombre que en ese momento se encontraba a bordo de su motocicleta. Lo introdujeron en el automóvil, que según testigos “era de color oscuro”.
Inmediatamente, la esposa de la víctima, Andrea Araya, se comunicó con efectivos de la seccional 40, quienes tras recibir la denuncia realizaron un rastrillaje por toda la zona fronteriza.
Horas más tarde, con la ayuda del personal de Gendarmería Nacional, la Brigada de Investigaciones de Tartagal, Unidad Regional 4 y la Dirección de Seguridad, se logró detener a un sospechoso, identificado como Cristian Eduardo Moreno, de 30 años, quien se encontraba escondido a metros de su automóvil marca Peugeot 207 (patente KPK 152), sobre el final de calle España, cerca al límite con Bolivia.
Con Moreno, un hombre que tiene un frondoso prontuario delictivo y que se encuentra implicado en un robo efectuado días atrás de 40.000 dólares a dos pobladores de Salvador Mazza, se encontraban otras dos personas más, quienes al observar el móvil policial, se dieron a la fuga, tras saltar un paredón.
Después, los brigadistas encontraron, en el Pasaje Klum, que tiene salida al cementerio del sector boliviano, un rodado abandonado marca Renault 9 gris (dominio SSB 063). Dentro del automóvil, observaron una mancha de sangre y una frazada, por lo que los elementos fueron secuestrados y se realizó un peritaje de los mismos.
Minutos más tarde, un hombre identificado como Ricardo Alberto Ovando, de 26 años, se presentó en la comisaría 40 y aseguró que dejó su vehículo (el Renault 9), en la plaza 9 de Julio con las llaves puestas, un hecho poco creíble por los policías por lo que también se procedió a su detención.