El cura de la parroquia San José, de Orán, Carmelo Illesca, un hombre del chaco salteño conocido por sus dotes de cantor y recitador y muy respetado por la profundidad de sus sermones, redujo a “piña limpia “ a un ladrón, quien, todo magullado, arrojó su botín al suelo y huyó despavorido.
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El cura de la parroquia San José, de Orán, Carmelo Illesca, un hombre del chaco salteño conocido por sus dotes de cantor y recitador y muy respetado por la profundidad de sus sermones, redujo a “piña limpia “ a un ladrón, quien, todo magullado, arrojó su botín al suelo y huyó despavorido.
“La verdad -dijo el sacerdote- es que este muchacho estaba cebado. Hace unos días había robado la cartera a una señora que ayuda en la parroquia, donde ella tenía una copia de nuestro manojo de llaves. De esa manera, en diferentes "golpes' se llevó dos ventiladores de pared, 2 de techo, 10 sillas plásticas, 17 de madera y hasta la silla del altar labrada y preparada para dignidad del Señor”.
“El día domingo -continuó entre mate y mate-,a las 14.30, cuando volvía a la casa parroquial lo pillé saliendo con más cosas. Es un joven morrudo, quien al verme se me fue encima y no tuve otra que repeler su ataque, hasta que huyó por el monte, algo magulladito. Está identificado, tiene 17 años y su padre me confesó que no sabe qué hacer con él ni qué hizo con las cosas”, contó.