En estos días se entregaron los primeros monoambientes en la capital para casi 500 jóvenes salteños. Más allá de la buena noticia para esos jóvenes, desde estas páginas advertí en su momento (10/06/2010) la poco eficiente asignación de recursos que se hacía con esta medida. Era mejor priorizar las 36.000 familias en espera en el IPV antes que a jóvenes, solteros y con recursos. Priorizando las familias, el impacto socioeconómico era mucho mayor dado que los beneficiarios son familias en muchos caso numerosas y no jóvenes solteros que no están en emergencia habitacional.
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En estos días se entregaron los primeros monoambientes en la capital para casi 500 jóvenes salteños. Más allá de la buena noticia para esos jóvenes, desde estas páginas advertí en su momento (10/06/2010) la poco eficiente asignación de recursos que se hacía con esta medida. Era mejor priorizar las 36.000 familias en espera en el IPV antes que a jóvenes, solteros y con recursos. Priorizando las familias, el impacto socioeconómico era mucho mayor dado que los beneficiarios son familias en muchos caso numerosas y no jóvenes solteros que no están en emergencia habitacional.
Hoy en día el consenso sobre la poca eficiencia socioeconómica en la utilización de esos recursos (monoambientes) es general. Se podría haber utilizado mejor los $150 millones simplemente sumando metros cuadrados a los proyectos existentes sin que esto implique un cambio sustancial en lo presupuestado y, así, reorientándolos a familias.
Por otro lado, actualmente nos encontramos ante la emisión de un fideicomiso para la construcción de obras de infraestructura en el norte provincial. Las obras son de suma importancia, pero la forma de financiarla que se utilizará es cuanto menos errónea y supone malgastar recursos de todos los salteños. El bono que se emitirá será en dólares a una tasa, se estima, del 8,5% anual y se comprometen regalías por diez años. El primer gran error es emitir deuda en dólares en un momento en el cual el dólar está barato en Argentina. Suponiendo, la emisión será de 200 millones de dólares, el poder adquisitivo de esos US$ 200 millones no es elevado en estos momentos dado la relación peso argentino-dólar. Adicionalmente, en algún momento, esta relación peso-dólar se normalizará, perdiendo valor el peso argentino y subiendo el dólar, lo que implica que la deuda que tendrá la Provincia en dólares aumentará notoriamente en términos de pesos.
Por otro lado, la “asesoría” de los bancos siempre será a favor de que Salta se endeude. Es su negocio. Ellos cobran comisiones sobre el monto de deuda, mientras mayor sea, mejor para ellos. No es de su interés lo que venga después. Ejemplo de esto lo tenemos en los problemas de deuda que tienen Grecia, España, Italia, etc. Los bancos emitieron deuda en esos países sin preocuparse por el después. Hacen su negocio con la colocación de deuda, después cobran comisiones varias, seguros, etc. Mientras que nuestra Provincia, con la situación económica coyuntural actual se compra un problema con altos costos y con el riesgo de que la devaluación del peso argentino aumente la deuda en términos de pesos - no es lo mismo deber US$ 200 millones a $ 4,3 el peso por dólar a deber los US$ 200 millones a
$6 pesos o más por dólar.
Las obras del norte son fundamentales, es necesario hacerlas, pero tampoco están los proyectos completos todavía, con sus análisis económicos, ambientales, planos, etc. Si se toma la deuda, estará el dinero, generará intereses y gastos, y todavía faltará elaborar los proyectos completos, por lo que será un dinero ocioso que genera gastos hasta su utilización - o peor aún, se lo utilizará en otra cosa. Una tasa de 8,5% anual implica, sobre los 200 millones de dólares, 17 millones de dólares de intereses solo en el primer año. Si se le suman seguros, comisiones y gastos administrativos varios, la Provincia estará abonando en pesos, al final del primer año más de $85 millones en intereses y gastos varios. Asimismo, el hecho de respaldar la deuda con regalías, debería hacerlo aún más barato.
Sería mejor empezar a trabajar en los proyectos y crear un Fondo Provincial que se nutra de las regalías (sin intermediarios, ni intereses, ni deudas) y que de ese fondo se financien todas las obras. Se puede hacer sin pagar gastos, sin pagar intereses, sin tener riesgo de cambio y con el dinero de los salteños.
Los monoambientes fueron poco eficientes desde un punto de vista socioeconómico, mejor era dar vivienda a familias numerosas. Por este motivo se utilizarán con poca eficiencia $150 millones de pesos. Los errores económicos en la Provincia son silenciosos, sin grandes estridencias, pero implican una mala utilización de los recursos que en el futuro saltará a la vista. El fideicomiso, en este momento y como está planteado, es un error desde el punto de vista financiero, estamos a tiempo de arreglarlo y de financiar las obras con los recursos propios de las regalías salteñas.