Las protestas contra el régimen del presidente sirio Bashar al Asad en demanda de reformas políticas, económicas y sociales ya casi cumplen un año y la represión llevada a cabo por las fuerzas leales al mandatario ha dejado ciudades y pueblos abandonados y destruidos, casi 8.000 muertos (entre ellos numerosas mujeres y niños) y miles de desplazados que huyen de la violencia. En ese contexto, la responsable de Asuntos Humanitarios de la ONU, Valerie Amos, comenzó ayer su misión en Siria con una visita al barrio de Baba Amr, ubicado en la ciudad de Homs, un bastión opositor que está prácticamente desierto tras un mes de bombardeos y combates entre las tropas del régimen y los opositores.
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Las protestas contra el régimen del presidente sirio Bashar al Asad en demanda de reformas políticas, económicas y sociales ya casi cumplen un año y la represión llevada a cabo por las fuerzas leales al mandatario ha dejado ciudades y pueblos abandonados y destruidos, casi 8.000 muertos (entre ellos numerosas mujeres y niños) y miles de desplazados que huyen de la violencia. En ese contexto, la responsable de Asuntos Humanitarios de la ONU, Valerie Amos, comenzó ayer su misión en Siria con una visita al barrio de Baba Amr, ubicado en la ciudad de Homs, un bastión opositor que está prácticamente desierto tras un mes de bombardeos y combates entre las tropas del régimen y los opositores.
Amos, acompañada de una delegación humanitaria de la Media Luna Roja, entró en el devastado Baba Amr con el fin de evaluar la situación actual y las necesidades de la población civil, pero se encontró con un barrio fantasma. La portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja en Ginebra, Carla Haddad, explicó que los miembros de la Media Luna Roja siria solo permanecieron 45 minutos en el barrio y no distribuyeron ayuda al comprobar que “la gran mayoría de sus habitantes han huido o lo han abandonado”.
Otra jornada violenta
Coincidiendo con esta visita, el grupo opositor Comités de Coordinación Local informó que hubo nuevas masacres en los alrededores de Baba Amr, donde las fuerzas del régimen asesinaron a un total de 20 personas, lo que elevó ayer a 40 la cifra de víctimas en todo el país.
Según los Comités, entre las víctimas de Baba Amr figuran trece miembros de una familia que fueron degollados en una granja cercana, mientras que en otra casa murieron a manos de las fuerzas de seguridad y los “shabiha” (matones del régimen) siete integrantes de otra familia.
Antes de partir hacia Homs, Amos se reunió en la capital siria con el ministro sirio de Asuntos Exteriores, Walid al Mualem, quien aseguró que su gobierno “facilitará” la labor humanitaria de la ONU y cooperará con el enviado internacional para Siria, Kofi Annan, cuya llegada está prevista para el sábado.
El jefe de la diplomacia siria indicó que Damasco apoyará el trabajo de la ONU “dentro del respeto a la independencia y soberanía de Siria, y en coordinación con el Ministerio de Exteriores”.
Además, está previsto que el sábado llegue a Siria el enviado especial de la ONU y la Liga Arabe, Kofi Annan, encargado de promover una salida pacífica a la crisis siria mediante el apoyo de todas las partes implicadas en el conflicto.