Sin margen de maniobras, con una gestión cuestionada, un importante deterioro de su salud y el peso sobre sus hombros por la tragedia ferroviaria de Once que dejó un saldo de 51 muertos y 703 heridos, el secretario de Transporte de la Nación, Juan Pablo Schiavi, presentó formalmente su renuncia a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner quien, “rápidamente”, encontró su reemplazo de la mano de un intendente santafesino, Alejandro Ramos.
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Sin margen de maniobras, con una gestión cuestionada, un importante deterioro de su salud y el peso sobre sus hombros por la tragedia ferroviaria de Once que dejó un saldo de 51 muertos y 703 heridos, el secretario de Transporte de la Nación, Juan Pablo Schiavi, presentó formalmente su renuncia a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner quien, “rápidamente”, encontró su reemplazo de la mano de un intendente santafesino, Alejandro Ramos.
El nuevo secretario de Transporte de la Nación fue, hasta ayer, intendente de la localidad santafesina de Granadero Baigorria.
Abogado recibido en la Universidad de Nacional de Rosario, Ramos es un hombre cercano al ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, y leal al modelo “K”. El año pasado, el exjefe comunal había sido reelecto en la intendencia santafesina por el kirchnerismo con poco más de un aplastante 70% de los votos. En aquel momento, Ramos contó con el respaldo del diputado Agustín Rossi, hombre importante dentro de la hegemonía kirchnerista. Sería Rossi quien habría recomendado al intendente santafesino para el cargo, luego de su intento frustrado de colocar a su hermano, Alejandro, propietario de una empresa de transporte de carga, condición que le habría cuartado esa posibilidad. En este contexto, todo indica que la renuncia de Schiavi no era algo que estaba imprevisto en la administración de la Presidenta.