Entrañable y emotivo, Daniel Toro mantiene viva la esperanza de “recuperar un poco la voz y poder cantar la última canción en Salta”.
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Entrañable y emotivo, Daniel Toro mantiene viva la esperanza de “recuperar un poco la voz y poder cantar la última canción en Salta”.
Anoche en la Casa de la Cultura, se realizó el homenaje que el Ballet Folclórico de la Provincia le realizó a este salteño considerado uno de los cantores y compositores más importantes de Latinoamérica.
Fue un acto memorable. Lo abrió el grupo de danzas oficial de la provincia que dirige Roberto Lazo. Daniel se ubicó a un costado del escenario junto al periodista y conductor Oscar Humacata, recorrieron cada uno de los pasajes artísticos de la prolífica carrera de “El nombrador”. Al frente sus Claudio, Facundo, Miguel y Daniela (cantante lírica). La quinta hija, María Isabel, es abogada. Los tres varones cantaron varios temas del inolvidable repertorio de su padre, y con un color de voz muy similar. “Cómo o van a cantar parecido a mí si son mis hijos!”, bromeó Daniel.
Entre tema y tema, en una pantalla sobre el escenario se proyectaba una larga entrevista realizada en su casa al gran cantor. Allí, con asombrosa memoria, relató hechos puntuales de su carrera, desde aquella Revelación de Cosquín, en 1967, hasta la formación de los inolvidables “Nombradores” .
Especial y emocionada mención dedicó a sus compañeros de ruta y amigos, Ariel Petrocelli y el Chango Nieto, como también del maestro Lito Nieva, a los Chalchaleros. Se acordó también que de Carlos Gardel tomó la faceta sentimental de sus composiciones.
Luego, desde la pantalla, bajaron decenas de testimonios de amigos y allegados. Y otra vez los chicos Toro, haciéndole el mayor y más sentido homenaje de la noche al inerpretar sus creaciones y, como si eso fuera poco, con el incontrastable sello Toro en sus voces.
Daniel se fue feliz. Se emocionó con los recuerdos, pero también se emocionó “por estar sentado acá”.