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Se cumplen 100 años del último adiós del Titanic

Lunes, 16 de abril de 2012 00:09

En las primeras horas de hoy se cumplían 100 años de una de las tragedias marítimas más importantes de la historia. El 15 de abril de 1912, a las 2.20 de la madrugada, se hundía para siempre el lujoso transatlántico Titanic y con él perecían miles de sueños y esperanzas en aquellas heladas aguas oceánicas. La tragedia se cobró la vida de 1.517 personas (muchos de ellos inmigrantes pobres que viajaban al “nuevo mundo” con esperanzas de una vida mejor) de los 2.227 que viajaban en el barco “más grande del mundo”.

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En las primeras horas de hoy se cumplían 100 años de una de las tragedias marítimas más importantes de la historia. El 15 de abril de 1912, a las 2.20 de la madrugada, se hundía para siempre el lujoso transatlántico Titanic y con él perecían miles de sueños y esperanzas en aquellas heladas aguas oceánicas. La tragedia se cobró la vida de 1.517 personas (muchos de ellos inmigrantes pobres que viajaban al “nuevo mundo” con esperanzas de una vida mejor) de los 2.227 que viajaban en el barco “más grande del mundo”.

La colosal envergadura que implicó la construcción del Titanic solo pudo ser comparada con su monumental tragedia.

El 10 de abril de 1912, el transatlántico RMS Titanic inició su viaje inaugural partiendo desde Southampton (Inglaterra) con destino a Nueva York. Entre la primera, segunda y tercera clase, había en total 2.227 pasajeros, quienes disfrutaron de un hermoso palacio flotante, con lujosos comedores, piscina interior, bibliotecas, gimnasio, alumbrado a todas horas y baños turcos. Los días transcurrieron sin novedad, sin embargo todo cambiaría un día 13 de abril cuando comenzaran a llegar los primeros mensajes de advertencia sobre el avistamiento de bloques de hielo en la ruta. El capitán, Edward John Smith, ordenó alterar un poco el rumbo para pasar más hacia el sur de los icebergs y consultó al vicepresidente de la compañía si podía reducir la velocidad, a lo cual este se negó.

La decisión sellaría el destino de toda la tripulación. El 14 de abril la noche era estrellada y el mar estaba excepcionalmente tranquilo. A las 23.40, mientras el Titanic navegaba a 41,7 km/h, el vigía avistó un iceberg por delante a menos de 500 metros de distancia y con una elevación de unos 30 metros sobre el nivel del mar. La campana sonó tres veces y luego el teléfono: “¡Iceberg, derecho al frente!”, dijo con tono desesperado el vigía y el primer oficial, William Murdoch, corrió al ala de estribor para observar por sí mismo una historia que ya estaba sellada. Murdoch intentó evitar la colisión, pero el buque rozó el iceberg abriéndose las placas de estribor. El futuro del Titanic estaba sentenciado. Se hundió un 15 de abril, a las 2.20 am.

Muchas hipótesis

Un espejismo en medio del océano, el desafío de navegar a toda velocidad en una zona de témpanos para marcar un récord, la luna y la marea alta, las fallas en la construcción del buque y hasta la mala decisión de poner los motores en reversa al divisar el iceberg son algunas de las teorías que acompañaron el misterio del hundimiento hace 100 años del transatlántico de lujo que es un relato en la historia, el Titanic.

Conmemoración

El Reino Unido y EEUU, puntos de origen y de destino del Titanic, recordaron a las 1.517 personas que durante la madrugada del 15 de abril de 1912 perdieron la vida cuando el lujoso barco naufragó tras chocar con un iceberg. En Southampton, de donde partió la embarcación, muchas personas recordaron a las víctimas. También hubo celebraciones en EEUU, ya que el destino del Titanic era Nueva York.

Horas finales del capitán

El capitán del Titanic, Edward John Smith, nunca demostró nerviosismo o algún descontrol por la situación. Muchos lo vieron con un megáfono en la mano dando instrucciones a viva voz.  A la 1.45, estaban todos los botes en el agua y Smith, al percatarse de que casi la mayoría estaban con un 40% de ocupación, comenzó a llamar por el megáfono para que retornaran y pudiesen embarcar más pasajeros.

Un héroe argentino

Hubo al menos un pasajero que se subió en Southampton al barco más grande del mundo sin desearlo: el argentino Edgardo Andrew, de 17 años. Hasta dejó su desgano por escrito. ¿Mala espina? La fría noche del 14 al 15 de abril de 1912 Andrew integró la lista de 1.522 víctimas del naufragio más impactante y metafórico de la historia. Según se supo, el único argentino del Titanic, pasajero de segunda clase, tuvo una muerte heroica. Le cedió su salvavidas a una maestra inglesa, que no solo consiguió salvarse sino que vivió hasta los 100 años.
 

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