“¿El dólar lo quiere para ahorro o para turismo?”, pregunta la cajera de un banco de la plaza salteña. “Para ahorro”, contesta el cliente. “Espere un momento”, dice, mientras se dirige a un costado de la caja. “¿Tiene el documento?”, vuelve a requerir, mientras, el potencial inversor espera la respuesta de la maquinita conectada directamente a la central del organismo recaudador. “No hay problema, puede comprar”, afirma, mientras la cola empieza a inquietarse. El precio autorizado en $4,52 es una tentación considerando que apenas al salir de la entidad algún sobreviviente “arbolito” lo paga mucho más alto, total, después hace una diferencia.
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“¿El dólar lo quiere para ahorro o para turismo?”, pregunta la cajera de un banco de la plaza salteña. “Para ahorro”, contesta el cliente. “Espere un momento”, dice, mientras se dirige a un costado de la caja. “¿Tiene el documento?”, vuelve a requerir, mientras, el potencial inversor espera la respuesta de la maquinita conectada directamente a la central del organismo recaudador. “No hay problema, puede comprar”, afirma, mientras la cola empieza a inquietarse. El precio autorizado en $4,52 es una tentación considerando que apenas al salir de la entidad algún sobreviviente “arbolito” lo paga mucho más alto, total, después hace una diferencia.
Hoy, como el límite permitido, tiene estricta relación con los ingresos, siempre queda un margen y la palabra ahorro empieza a convertirse cada 30 días en especulación, teniendo en cuenta el incipiente mercado que empieza a formarse.
Inclusive varias empresas vieron la oportunidad y realizan “jugosas” operaciones.
Sin embargo, el negocio del dólar informal se redujo muchísimo porque el Gobierno salió a buscar a los grandes jugadores que tenía el mercado. “Esto complicó bastante la operatoria y explica ahora el hecho de que el spread entre el precio de compra y venta se haya ampliado tanto”, comentó un cambista de la city. En el Banco Central ya se animan a ponerle un número al logro: “El volumen del mercado paralelo ya representa apenas el 1% del mercado; cayó mucho y es prácticamente insignificante”, explica una fuente de ese organismo. Con un mercado cambiario que negocia en promedio US$ 300 millones diarios a nivel mayorista, la cifra oficial se ubicaría actualmente en torno de los US$ 3 millones diarios. Es al menos la mitad de la estimación que había hecho en abril del año pasado la propia titular de la entidad oficial, Mercedes Marcó del Pont, sobre el volumen del billete marginal en la Argentina: un 2% del mercado total, en un momento en que el segmento mayorista operaba con US$ 500 millones por día.