La iglesia San Francisco tiene problemas de humedad y grietas en su estructura. Hace 12 años la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, conjuntamente con la Dirección de Preservación del Patrimonio Arquitectónico y Urbano de Salta, realizaron trabajos de restauración en la Basílica Menor, pero, según dijeron desde la orden franciscana, estuvieron mal realizados y nunca se hicieron cargo del error.
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La iglesia San Francisco tiene problemas de humedad y grietas en su estructura. Hace 12 años la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, conjuntamente con la Dirección de Preservación del Patrimonio Arquitectónico y Urbano de Salta, realizaron trabajos de restauración en la Basílica Menor, pero, según dijeron desde la orden franciscana, estuvieron mal realizados y nunca se hicieron cargo del error.
Un vocero de la orden dijo a El Tribuno que ya han enviado informes con fotografías pidiendo soluciones. “Ni el organismo nacional ni tampoco el provincial se responsabilizaron del problema”, afirmó.
Según los franciscanos, la iglesia tiene grietas y problemas de humedad, por lo que habría que hacer el mismo tratamiento que en la iglesia La Viña, con el sistema de electroósmosis llamado “water teck”, en el que por medio de ondas se logra cambiar la polaridad de la humedad.
El vocero contó también que “teníamos entendido que luego de concluir con la reparación de la iglesia La Viña, los obreros se trasladarían a la San Francisco, pero nos enteramos por El Tribuno de que ahora continuarán en la Catedral”.
Más estudios
Por otra parte, continúan los estudios sobre las vibraciones vehiculares en la San Francisco, que lleva adelante un grupo de especialistas y docentes de la Facultad de Ingeniería de la UNSa, que fueron contratados por la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMT) para realizar esta tarea. La investigación se basó en la medición del nivel de vibraciones que produce el tránsito vehicular, tanto público como privado, en la esquina de Caseros y Córdoba, y de cuál es el impacto que recibe la estructura del templo ubicado en esa esquina.
Susana Gea, especialista contratada por la AMT, que está a cargo de las mediciones, informó a El Tribuno que el tránsito que circula por dichas calles no afecta la estructura del templo: “La magnitud de las vibraciones medidas en los techos, el suelo, el subsuelo y distintos puntos del edificio está por debajo de las normas internacionales para edificios históricos”. Esto se debe, por un lado, a la profundidad de la cimentación de la estructura y al espesor de los muros y, por el otro, a las características del suelo que amortigua dichas vibraciones.
Las vibraciones
La preocupación sobre la vibraciones y sus efectos surgió a través de una nota publicada por El Tribuno a fines de enero del año pasado, en la que especialistas de la Dirección de Patrimonio Cultural de la Provincia advertían del estado del edificio. El informe será presentado ante la Autoridad Metropolitana del Transporte en julio.