Intenso y sentido. Intenso y sentido hasta la emoción. Tanto que el tiempo pareció pasar volando para quienes tuvimos el privilegio de asistir a “Historias de amar”, una propuesta flamenca de hondo contenido humano.
El fuego andaluz (gitano) se adueñó del Teatro del Huerto, el jueves, con la salteña Paula Martín en el baile y el cante de Rocío Márquez, directamente llegada desde Sevilla, de singular encanto y decir pasional, fraseo y modalidad lingüística.
Ellas en el escenario, Tomás Cisneros en la guitarra y María y Pablo Rojas en la percusión, y la sala colmada formaron un cuadro para el recuerdo. Por lo que fue la excelencia del arte plantado sobre las tablas, y por las imágenes que seguramente sobrevolaron el público, mayoritariamente descendiente de españoles o vinculados con esas raíces.
Los mayores no pudieron evitar emocionarse. El cante de Rocío y el baile de Paula los transportaron a vaya saber qué momento de sus vidas, o las de sus padres o abuelos. Sin querer, volvieron sobre sus historias.
Transitaron por los conocidos fandangos de Huelva, tangos de Triana, guajiras, bulerías y por obras de De Falla.
Tal como se lo propusieron, Paula y Rocío contaron “historias de a mares” con cada verbo, cada pisada y el aporte de un video que, por si algo le faltaba a la puesta, mostraba un barco atravesando los mares...
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Intenso y sentido. Intenso y sentido hasta la emoción. Tanto que el tiempo pareció pasar volando para quienes tuvimos el privilegio de asistir a “Historias de amar”, una propuesta flamenca de hondo contenido humano.
El fuego andaluz (gitano) se adueñó del Teatro del Huerto, el jueves, con la salteña Paula Martín en el baile y el cante de Rocío Márquez, directamente llegada desde Sevilla, de singular encanto y decir pasional, fraseo y modalidad lingüística.
Ellas en el escenario, Tomás Cisneros en la guitarra y María y Pablo Rojas en la percusión, y la sala colmada formaron un cuadro para el recuerdo. Por lo que fue la excelencia del arte plantado sobre las tablas, y por las imágenes que seguramente sobrevolaron el público, mayoritariamente descendiente de españoles o vinculados con esas raíces.
Los mayores no pudieron evitar emocionarse. El cante de Rocío y el baile de Paula los transportaron a vaya saber qué momento de sus vidas, o las de sus padres o abuelos. Sin querer, volvieron sobre sus historias.
Transitaron por los conocidos fandangos de Huelva, tangos de Triana, guajiras, bulerías y por obras de De Falla.
Tal como se lo propusieron, Paula y Rocío contaron “historias de a mares” con cada verbo, cada pisada y el aporte de un video que, por si algo le faltaba a la puesta, mostraba un barco atravesando los mares...